Demanda marítima. Bolivia dialogó, pero también acudió a instancias extranjeras


La estrategia nacional sobre el mar ha oscilado entre dos tendencias. Chile y Bolivia firmaron nueve pactos relacionados al mar.

Análisis Un internacionalista señala que la demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya es un giro en la política del Ejecutivo boliviano.

image Página Siete/ La Paz



La delegación boliviana en la presentación de la demanda. Foto EFE

Para conseguir una salida soberana al Pacífico, Bolivia ha encarado a lo largo de la historia una serie de diálogos directos con Chile, pero también interpuso recursos a instancias externas.

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Los internacionalistas Alberto Zelada Castedo y Roxana Forteza coinciden en que las negociaciones con Chile se han manejado bajo una estrategia que por un lado oscila entre la negociación directa, pero por otro acude a instancias internacionales.

Una de las primeras gestiones internacionales se remonta al 1 de noviembre de 1920, cuando una delegación de personas notables bolivianas planteó a la Liga de Naciones la revisión del Tratado de 1904, aunque no le fue bien.

En cuanto a los diálogos directos se destaca el de 1975 entre Chile y Bolivia, cuando reanudaron relaciones bilaterales y negociaron un corredor y un enclave soberano, que al final no tuvo éxito. De ese entonces es el conocido abrazo de Charaña entre los dictadores Augusto Pinochet Ugarte y Hugo Banzer Suárez.

Pasaron casi 30 años para que mandatarios de ambos países volvieran a negociar bilateralmente. Esta vez fue en julio de 2006, cuando el presidente Evo Morales y la entonces mandataria de Chile Michelle Bachelet establecieron la agenda de 13 puntos.

El diálogo con el vecino país se truncó en la gestión de Sebastián Piñera, que asumió en marzo de 2010. Durante un año se intentó avanzar en la agenda hasta que el presidente Morales, el 23 de marzo de 2011, anunció que Bolivia demandaría a Chile ante una corte internacional.

El 24 de abril pasado, el Ejecutivo concretó la advertencia presentando la demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Esto, según Zelada, representa un cambio en la estrategia boliviana. Y es que la decisión que tomó el Gobierno por primera vez interpone el tema ante una instancia judicial.

En los anteriores casos en los que Bolivia optó por recurrir a organismos internacionales lo hizo ante órganos políticos, como la Liga de Naciones, o la Organización de Estados Americanos (OEA).

“Estamos ahora usando la estrategia de recurrir a instancias internacionales con el matiz de que ya no vamos a organismos políticos, sino que acudimos a un organismo jurisdiccional”, comentó Alberto Zelada.

Forteza sostiene que distintos gobiernos del país han trabajado en estos dos ámbitos, “no necesariamente de forma efectiva”, dado que si bien hay buenos resultados, no se alcanza aún el objetivo primordial de la recuperación de la cualidad marítima.

Además identifica una tendencia que -sostiene- siempre es utilizada por los gobiernos de turno en beneficio personal: exacerbar los nacionalismos por rédito político. “Es el único tema probablemente que une a los bolivianos, por lo que es utilizado por los diferentes gobiernos”.

Por su parte Zelada concluye que la acción en alguno de los ámbitos no debe reemplazar o anular la otra, sino que debe coadyuvar a establecer el escenario propicio para la negociación directa con Chile.

“Si se puede conseguir algunos apoyos externos para el ambiente político hay que hacerlo, pero no hay que esperar que los demás nos solucionen nuestro problema”, sostiene Alberto Zelada Castedo.

“El problema tenemos que solucionarlo nosotros, pero los otros nos ayudan a crear un clima favorable a la búsqueda de soluciones”, agrega.

Chile y Bolivia firmaron nueve pactos relacionados al mar

Un repaso a los tratados y protocolos que se rubricaron tras la guerra.

Convenios. Los chilenos tuvieron la predisposición de transferir al país los territorios de Tacna y Arica, ambos peruanos antes de la guerra, o en su caso dar una caleta.

Entre 1884 y 1937, los gobiernos de Bolivia y Chile firmaron nueve pactos, entre acuerdos, tratados y protocolos relacionados al tema marítimo.

Tres de ellos se refieren a la tregua del conflicto bélico de 1879, al dominio de Chile sobre el litoral y el tránsito comercial; igual número en torno al Tratado de 1904 y, finalmente, una misma cantidad a la predisposición de Chile de ceder territorio. Ver infograma.

El documento más conocido es el de 1904, que fija límites entre ambos países y sella la mediterraneidad de Bolivia. El Gobierno boliviano ha denunciado públicamente que éste no se ha cumplido; sin embargo, la demanda que presentó Bolivia, el 24 de abril, ante La Haya no apuntó a este convenio.

El canciller David Choquehuanca lo dijo tras presentarla: “Esta solicitud no se basa en el Tratado de 1904”. La estrategia apuntó a solicitar a la Corte que declare que Chile tiene la obligación de negociar de buena fe con Bolivia un acuerdo pronto y efectivo que le dé una salida plenamente soberana al Pacífico, bajo el amparo de los compromisos que históricamente Chile asumió en ese sentido.

El exembajador boliviano ante la Organización de Estados Americanos Reynaldo Cuadros considera que “si se analiza con cuidado la historia del conflicto, tenemos grandes posibilidades de salir con algo reconocido en La Haya”.

La historia de los acuerdos se remonta a abril de 1884, cuando ambos países suscribieron el Tratado de Tregua, en el que celebran la “tregua indefinida” y declaran el fin del “estado de guerra”.

Once años después, en mayo de 1895, suscribieron el Tratado Especial sobre Transferencia de Territorio, que afirma que “el futuro desarrollo y prosperidad comercial de Bolivia requieren su libre y natural acceso al mar”.

Si Chile lograba adquirir “soberanía permanente” sobre Tacna y Arica -de Perú-, debería transferirlos a Bolivia “en la misma forma y con la misma extensión en que los adquiera”. Agrega además que en caso de que Chile no consiguiera ese objetivo, debería ceder a Bolivia una caleta (puerto pequeño).

El 9 de diciembre de 1895, Chile y Bolivia acordaron un protocolo que establecía que “la cesión definitiva” del litoral quedaría sin efecto si Chile no daba en dos años el mencionado puerto.

En el protocolo de 1896, Santiago reafirma su intención de traspasar esos territorios. Se aclara que en caso de cesión de la caleta, ésta debe estar “en condiciones de puerto, suficiente para satisfacer las necesidades del comercio”.

En 1904, ambos estados firman el tratado que define límites y reconoce a Chile “el dominio absoluto y perpetuo” sobre el litoral.

Y en 1929, peruanos y chilenos resuelven que Tacna quede para Perú y Arica para Chile.

La internacionalista Roxana Forteza afirma que se ve que “la oligarquía boliviana se vio compelida a firmar el Tratado de 1904” ante el ultimátum de Chile.

Además destaca la “serie” de negociaciones que hubo entre ambos estados, en las que se habló inclusive de “la cesión e intercambio de territorio”. El Libro Azul registra al menos tres negociaciones: las notas de 1950, el “Abrazo de Charaña” y el Enfoque Fresco. A éstos se suma la Agenda de 13 puntos, en el primer Gobierno de Evo Morales.