Leonardo Vaca Diez Gentile
Samuel Doria Medina y Rubén Costas fueron los grandes divisores del voto opositor en las elecciones del año 2009, al romper el consenso que existía entre la mayoría de los líderes democráticos de ir a los comicios en un solo bloque, finalmente denominado Convergencia Nacional.Gracias a las gestiones divisionistas de Doria Medina y Costas, el primero con su postulación presidencial y el segundo negando el apoyo a la coalición opositora, la representación parlamentaria crítica con Evo Morales perdió bancas en el Senado, alejando la posibilidad de tener el “tercio de oro” en la Cámara Alta, algo que habría puesto un freno a varias iniciativas del Movimiento Al Socialismo.Ahora, los divisores del 2009 quieren ser los unificadores del 2014, promocionándose como los nuevos adalides de la concertación opositora. ¿Arrepentimiento, mala memoria o simple desvergüenza?En el caso del gobernador cruceño, está en proceso de conformar su propio instrumento político, el Movimiento Demócrata Social, con tan poco tino en las alianzas que cuenta entre sus integrantes a la concejal de Cochabamba Ninoska Lazarte, quien hace pocos días votó a favor de darle las llaves de la ciudad al tirano Nicolás Maduro y de declararlo “Huésped Ilustre”.Los personajes mencionados deberían hacer una profunda autocrítica pública de su actuación en el 2009, única vía para tener un mínimo de autoridad moral en sus actuales movidas de “unidad”.