Trayecto rocambolesco


Karen Arauz

karen-arauz La insólita situación en la que desafortunadamente se vio implicado el Presidente Evo Morales, sin duda pasará a la historia como uno de los más extraños y oscuros incidentes político- diplomáticos de este siglo. La verdad exacta de cómo se desarrollaron los acontecimientos, no pasará jamás del plano especulativo y por supuesto, servirá de inspiración para una novela o una película de intriga y espionaje al mejor estilo de la guerra fría. El que la novela se origine en Rusia, le brinda el elemento perfecto para el desarrollo de una gran historia.

La trama tiene desde variados husos horarios, hasta idiomas tan fascinantes como el ruso, el francés, el portugués, aparentemente algo de italiano y por supuesto el alemán de Austria, (que resulto ser el más amistoso, así, entre paréntesis). Mariano Rajoy se puso en evidencia al minimizar el incidente sin ningún atisbo de sutileza y sin argumentos creíbles que reparase al menos levemente el gafe cometido por los servicios de inteligencia, contra-inteligencia o finalmente, la no-inteligencia de quienes encendieron la mecha que originó la explosión.



Qué lejano se ve el día en que todo el mundo observó cómo el flamante Presidente de Bolivia, visitaba la Moncloa y el Palacio Real de Madrid. Una simple chompa tejida fue el símbolo que la visita de Evo Morales al viejo mundo, aportaba con lo genuino necesario para el establecimiento de amistad y borrón y cuenta nueva con los indígenas de esta parte de América. A la luz de lo acontecido, es duro despertar a la realidad de que no hay amistad que valga cuando interfiere con los intereses y las buenas relaciones se relegan en pro del bien mayor. Y la brutal represión a indígenas marchistas -que sí repercutió a nivel internacional- bastó para mandar al traste la imagen de autenticidad.

Los reclamos a los descendientes de los conquistadores de hace quinientos años, es una constante de demasiada antigüedad. Enrostrar como fatídicos los días de la conquista y la colonia, ha sido un acto permanente, que evita que las heridas cicatricen con naturalidad. Pretextar al origen indígena de Evo Morales, agrega un ingrediente poco verosímil y le resta seriedad al total de lo acontecido.

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La posibilidad que Snowden estuviese efectivamente en el avión boliviano, puso los nervios en punta a varios -que lo último que desean y son capaces de afrontar- es tener en su suelo, ni siquiera en su aire, al enemigo público número uno de la primera potencia mundial para quien la seguridad interna es su absoluta prioridad por encima de cualquier consideración. Y no hay que eximir al Presidente Morales, de haber percutido la alarma al ofrecerse oficiosamente a cobijar al ex-CIA norteamericano.

Claro que el discurso indigenista y anti imperialista, ha demostrado ser una eficaz herramienta para justificarnos por muchos de nuestros males y sea utilizado como discurso romántico que desdice con ciertas situaciones internas. En esta era increíble de las comunicaciones, nada puede ser camuflado más que por escasos minutos antes de ser de conocimiento de todo el mundo, literalmente, en tiempo real. Redituar políticamente el momento, es válido. Pero obviando las exageraciones, debiera existir el modo de que sean nuevos los argumentos que se esgriman. Pretender que se atentó contra su vida y que se "castigó" al Presidente de Bolivia por ser indígena, resta credibilidad, ridiculiza y desmerece la solemnidad de la investidura presidencial. La inmunidad diplomática que fue violada incuestionablemente, amerita una justificación y un desagravio manifiesto.

Pero sobre el tema son ya miles de miles los caracteres escritos y los segundos de emisiones televisivas a cargo de expertos internacionalistas y tratadistas y se continuará sin duda, girando y teorizando por un buen tiempo.

En casa, donde el Senador Pinto no merece ninguna consideración del gobierno, se ha escuchado un sinfín de posiciones que van desde lo extremadamente radical e impráctico, a pintorescas opiniones como las del Canciller Choquehuanca, quien primero no entendía que le nieguen sobrevolar Francia en un avión de marca francesa… y para quien el infortunado episodio pone de manifiesto el carácter profético y mesiánico de la figura presidencial.

A estas alturas, algunos personajes en nuestro continente están desencajados por la envidia de no haber sido ellos y sus respectivas aeronaves los protagonistas principales de la historia. Creen que el episodio les podía haber brindado la oportunidad de convertirse en los abanderados del antiimperialismo más exacerbado. Con seguridad se creen más merecedores que Morales Ayma de ocupar las primeras planas del periodismo internacional y sintomáticamente, se cuelgan de la súbita fama y airados y desafiantes, declaran que también recibirán al infidente de la CIA, convirtiéndolo en su héroe propio.

El ostracismo internacional se cierne sobre el Estado Plurinacional. Y el trato que se dispensa a los ciudadanos dentro del perímetro local y las palmarias demostraciones de vocación despótica operadas por atropelladores funcionarios del entorno palaciego, trasluce que sólo se piensa en las futuras elecciones en desmedro de las nuevas generaciones. Y arrogarse la representatividad absoluta y pretender uniformar el pensamiento y la acción, indigna.