Mauricio Aira
Aunque nacido en Potosí, elegí Cochabamba como mi morada. De mis seis vástagos, cinco vieron la luz en Cochabamba. Cochabamba supo de mis ideales, sueños e ilusiones y supo rebajar algunas ambiciones quizá demasiado elevadas para ser realistas. Empezar por Radio Centro de la mano de Hugo Maldonado, José Oropesa de los Llanos, Antonio Torrico que me abrió sus micrófonos a todo volumen seguida de otras emisoras algunas ya desaparecidas como Nacional LAB, El Sol, Litoral, Cochabamba y Cosmos que sí se mantiene en el aire, con voces frescas y renovado mensaje cotidiano. Siempre Cochabamba cuando todos los “14 de septiembre y 6 de agosto” durante 15 años, con la voz henchida de orgullo valluno podíamos relatar el paso gallardo de sus estudiantes y destacar la presencia de sus instituciones vivas, o cuando trasmitiendo en cadena nacional por ASBORA (asociación de la radiodifusión boliviana) dejábamos sentada la presencia de “la llajta” en cada rincón de la Patria. ASBORA logró aglutinar sin discusión a todas las empresas radiales cobijadas en el espectro etéreo.
Siempre Cochabamba en los emprendimientos empresariales como el Lloyd Aéreo Boliviano, la Cámara de Comercio, la Feria Exposición, o desde los puestos de servicio a la cochabambinidad como la Junta de la Comunidad, (JUNCO), el Comité Pro Mar, las entidades de servicio Leones y Rotarios, desde la Honorable Alcaldía Municipal, las Cooperativas de Ahorro y Crédito, la de Residentes Potosinos. Siempre Cochabamba y es que el Valle contagia vida, hace florecer las iniciativas, inspira la solidaridad humana. Las campanas de sus iglesias, el sonido de sus bandas de música, la algarabía de los llajtamasis de todas las edades, en todos los ambiente de la diversa condición social.
A la hora de la alegría, de la danza y la canción Siempre Cochabamba, en la cercanía inmediata y en la forzada distancia Siempre Cochabamba, en el verso, en la lectura, en el Padrenuestro y en la amistad Siempre Cochabamba con sus tradiciones, con la chicha y el chicharrón , con el Rocha y el Tunari, con su floresta variada del Chapare Tropical, los alegres valles cochalas, las cordilleras y sus cumbres, sus ríos y sus lagos Siempre Cochabamba cuando nace el sol y se esconde en los atardeceres. En la añoranza sentida del pálpito acelerado y ansioso, en la esposa y en los hijos, en el brillo de los ojos de los nietos, en el fraterno, interminable abrazo de los amigos del alma, Siempre Cochabamba, hasta cuando cerremos los ojos para no abrirlos más y nuestros labios musiten por vez postrera Siempre Cochabamba.