¿Derrotados e incorporados?

Carlos Valverde

Valverde “Al enemigo del pueblo, al enemigo de la democracia, a los que titubean y dudan… avanzar en el proceso revolucionario, derrotarlos incorporarlos, derrotar incorporar, derrotar incorporar, una revolución se nutre permanentemente de incorporar a sus filas a sectores intermedios, a sectores que han dudado que no creían, a sectores que eran engañados por los sectores privilegiados y por los potentados, a esos nosotros tenemos que ganárnoslo”; dijo el Vicepresidente Álvaro García Linera en Venezuela el miércoles pasado y la “actualidad” del discurso, traducido a hechos concretos me espetó que este Gobierno verdaderamente dice y hace.

Hace unos días, un alto dirigente de la Cámara Nacional de Industrias Mario Yaffar abandonaba una reunión con el Vicepresidente García Linera porque no se le permitió el uso de la palabra, asegurando que no se vive en una taza de leche y que se atravesaba por muchos problemas de orden económico, en especial las empresas del sector Industrial; me llamó la atención, sobre todo que asegure que la Confederación de Empresarios Privados debía atender a todos los sectores por igual; aludió al hecho de que no se lo había dejado hablar para exponer su posición; palabras más, palabras menos, expresaba una molestia por algo que, a todas luces muestra que en el mismo sector hay empresarios que, probablemente por sentirse “derrotados” se asumen “incorporados” al sistema de Poder del país y que, en consecuencia, han perdido su capacidad de reclamo y su conciencia crítica, mientras otros luchan por sobrevivir en independencia.



Algo parecido se ve en el Oriente del país, cuando gruesos sectores industriales y agrícolas, otrora críticos con todos los poderes y “reclamones” de sus derechos ahora actúan como corifeos del Poder bajo el argumento de que, “si bien falta mucho, se está avanzando” y logran, cómo no y, al mejor estilo capitalista, grandes ventajas “para todos”, como “licencias de exportación de trámite expedito” o la legalización de desmontes, por ejemplo, bajo el pago de multas “acordadas con el poder político” aunque, de poca realización en el poder institucional que entiende que las multas no guardan relación con las contravenciones o delitos causados.

Derrotar e incorporar dice el Vice Presidente y lo practica; vaya uno a saber si el filomasismo que se expresa cada vez con mayor fuerza y eficacia en el sistema político.

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¿Hasta dónde llegará la incorporación? Eso sólo lo sabrán los “auto-derrotados”.

El Deber – Santa Cruz