Indulto y amnistía = Improvisación

Zorro Yáñez Cortes

ZORRO CORTES Goethe tuvo razón cuando dijo: aunque la ley sea muy dura, más dura es la realidad (yaparía de mi parte además, lo tozuda que es). Creo que eso es lo que ha pasado con los resultados del indulto decretado a fines del año pasado, pues no habiendo transcurrido desde esa oportunidad más de 9 meses y pese a que no dio los resultados publicitados, el estado plurinacional acaba de alumbrar otro nuevecito, esta vez apremiado por el 84% de presos sin condena, el insostenible hacinamiento carcelario –por ejemplo San Roque de Sucre tiene más de 412 internos cuando fue construida para 60- y la masacre de Palmasola, además de las varias cumbres, que a juzgar por su frecuencia, construirán una cordillera más larga que Los Andes.

Con esta nueva decisión presidencial, que doy por descontado será inmediatamente aprobada por la Asamblea Legislativa –faltaba más- se espera en el lapso de un año liberar de nuestras atiborradas cárceles aproximadamente 2000 privados de libertad, de los cerca a 15000 existentes: en cifras gruesas un 14% (aprox) del total.



¿Será que con ese resultado esperado la situación carcelaria mejorara, de forma importante? Es posible que así fuera (2000 menos son 2000 menos) pero me temo que se está obviando considerar la cantidad de nuevos internos que durante ese mismo lapso ingresarán a su vez a los penales… de seguir la leyes y su aplicación como están, pues según cifras del INE que estaban en su web hace tiempo atrás (hoy en ese rubro sale “error de compilación”), desde la vigencia de las leyes 04 de lucha contra la corrupción y 07 de Modificaciones al sistema penal, además de otras del mismo corte represivo como la No. 348 y otras varias, el índice de presos preventivos creció a un ritmo del 25% anual, con lo que los resultados que podría traer la nueva criatura alcanzarían a disminuir en el mejor de los casos el 50% aproximadamente de los nuevos ingresos anuales y … la situación seguiría prácticamente igual.

¿Le parece contradictorio? A mi sí y mucho, ya que es absurdo para un estado que debiera tener una política criminal (seria) que con su mano izquierda sancione múltiples leyes de corte represivo – menos garantías, nuevos delitos y más penas- que como prueba la tozuda realidad no aseguran mayor y mejor seguridad ciudadana sino incrementan sosteniblemente los presos sin condena y el hacinamiento carcelario y, con su otra mano, la derecha, en vista de esos productos generados por aquellas sus medidas haga luego lo contrario, decretando amnistías e indultos para aquellos que con esas sus leyes, afectó. Es más, muy rápido se olvidaron del hipócrita discurso en favor de las víctimas, pues con la amnistía y el indulto, se vulnera el art. 121.II de la NCPE que les otorgaba el derecho de ser oídas antes de cada decisión, dejando en indefensión a todas las que resulten afectadas con la liberación de su imputado o condenado. Claro que también cabrá interrogarse si no es un soberano desperdicio de recursos que el estado a través del Ministerio Público, Órgano Judicial, Policía, etc., en fin el sistema penal, haya desplegado y gastado durante lapsos muy largos sus esfuerzos y recursos, para luego de un plumazo, todo lo así andado tenga que ser reculado por la decisión presidencial.

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Así las cosas, esta desesperada medida coyuntural asumida con el agua hasta el khothu, revela –una vez más- la manifiesta improvisación con la que se manejan los asuntos del estado plurinacional pues hubiera sido mejor, eficiente y razonable evitar crear todas esas leyes de corte represivo, autoritario y populachero, para luego salir al poco tiempo con este nuevo reculazo. ¿Será por eso que Shakespeare aconsejó que: Las improvisaciones son mejores cuando se las prepara?

Correo del Sur – Sucre