Kim Cattrall: «Los hombres se van a dormir con Samantha y se despiertan conmigo»

Kim Cattrall es tan recatada en persona como salvaje en la ficción. Uno espera encontrarse con Samantha Jones, el personaje de «Sexo en Nueva York» que la catapultó a la fama: una mujer sensual, desinhibida y segura de sí misma. En cambio, la actriz es dulce, serena y, por momentos, tímida, aunque no pierde ese toque «chic» y sexy de mujer mundana. «Sí, soy una chica de mundo», dice en un suave inglés que delata que nació en Liverpool, se crió en Vancouver y que vive entre Londres y Nueva York.

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Este viernes, Cattrall desplegó su artillería de humor británico sobre el escenario del Teatro Español, donde fue la protagonista de «Times Talks», el ciclo de conversaciones que organiza cada año el periódico «The New York Times» con personalidades de la cultura internacional. Y es que, aunque muchos no lo sepan, la actriz de 57 años es una de las grandes divas del teatro londinense, donde acaba de triunfar como protagonista de «Dulce pájaro de juventud», el clásico de Tennessee Williams.



–Samantha Jones, Cleopatra y Alexandra del Lago son algunos de sus grandes papeles; todas ellas, mujeres fatales. ¿Solo le piden encarnar el «cliché» de la devora-hombres?

–Yo soy quien pide interpretar todos esos personajes. Son grandes papeles. Son monstruos voraces de vida y temerosos de la muerte. Quieren vivir intensamente cada minuto y no perderse nada. Quieren sentir algo porque están frustradas y asustadas. Son papeles complejos y llenos de ironía.

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–En su trabajo, la imagen lo es todo. ¿Le preocupa envejecer?

–Sí, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Va a ocurrir, ya está ocurriendo. Me preocupo por mi salud, trabajo para sentirme saludable y verme bien, pero también dejo que la naturaleza haga su trabajo. Es un balance difícil de conseguir.

–Tras el éxito bestial de «Sexo en Nueva York», ahora vive una segunda vida en el teatro. ¿Hollywood le ha decepcionado?

–No, nunca he esperado mucho de Hollywood. Siempre supe lo que era. Y eso que ahora ha cambiado mucho. La televisión por cable se ha comido gran parte del terreno del cine. Ahora, las grandes historias se cuentan en la pequeña pantalla. Soy muy realista sobre esta industria. Luchar contra ella es inútil. No vale la pena combatir las normas, nadie quiere cambiarlas.

–Su personaje de Samantha es como un fantasma que la persigue…

–Es que no puedes espantar a un fantasma, siempre estará allí. Pero no veo a Samantha como un fantasma, porque esa metáfora tiene connotaciones negativas. Ella tiene una fuerza positiva y extraordinaria que no se debilita con el paso del tiempo. La gente se acerca a mí con mucho entusiasmo y excitación. Y no quiero cambiar eso. Cuando dicen mi nombre, percibo alegría, porque lo asocian al personaje de Samantha. El miedo es que el público solo quiera ver eso de mí, pero no es el caso.

–Dice que la gente tiene miedo al sexo. ¿Usted le teme?

–El sexo es muchas cosas. Igual que el pánico, el sexo es una fuerza poderosa. Cuando alguien te atrae, sientes una fuerza imposible de frenar y un caos de sensaciones. Para las mujeres, es un acto muy íntimo, y la intimidad puede dar mucho miedo. Dejamos que el hombre entre en nosotros, literalmente, y eso es un acto muy poderoso.

–Ha escrito libros y ha producido documentales sobre sexo. ¿Lo sabe todo sobre esta materia?

–No soy una experta, pero es importante preguntar. Por eso me gusta contar historias comprometidas, porque son las únicas que puedan dar respuestas a nuestras dudas.

–Rita Hayworth se quejaba de que los hombres solo la veían como «Gilda»… ¿le ocurre algo similar con su personaje de Samantha?

–Definitivamente. Los hombres se van a dormir con Samantha y se despiertan conmigo. Me casé y me divorcié mientras estaba trabajando en «Sexo en Nueva York» y he vivido todo eso. Lleva tiempo que la gente olvide que no soy Samantha. Por más grandiosa que parezca, ella solo es una fantasía y yo soy la mujer real. Espero ser mejor, más humana y compleja que un personaje de la televisión. Esta clase de papeles son como un canje: he aprendido mucho de Samantha; y ella, de mí.

–¿Todavía hay lugar para Kim Cattrall en la televisión?

–Pronto estrenaré «Sensitive skin» (Piel sensible), serie que protagonizo y produzco. Es una comedia negra y de alto voltaje sobre la crisis de la mediana edad en la mujer. Así que supongo que la respuesta es sí, todavía queda mucha Kim.

Fuente: http://www.abc.es