La boda del año

Humberto Vacaflor Ganam

VACAFLOR OK El matrimonio de Expocruz con Evo Morales fue el acontecimiento del año, que dejó bocas abiertas en todas partes, y muchas preguntas.

La omisión del himno a Santa Cruz en la ceremonia del 24 de septiembre fue la consumación de estas bodas de sangre. Nadie sospechaba que la entrega llegara a tanto. Se esperaba que algún pudor pudiera quedar.



Algunos analistas creen que se trata de acercamientos que solo tienen que ver con la campaña electoral, pero que después las cosas volverán a su cauce. Claro que las heridas abiertas, las virginidades perdidas, no podrán componerse.

Las preguntas que quedan son muchas, aparte de los gestos de indignación.

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¿Hubo una Celestina que ayudó para que se diera este, sino matrimonio, por lo menos concubinato que mueve la estantería de los equilibrios políticos del país?

¿Quién cedió en este caso? O quizá este acercamiento unió a dos almas que estaban destinadas a ir a la cama, con o sin pedido de mano, con o sin aro de compromiso, con o sin proclamas.

Dice Guido Náyar, desde el exilio, que el responsable de esta unión antinatura es Gabriel Dabdoub. Lo identifica como la Celestina. Pero quizá se necesitaron muchas más voluntades para llegar a este matrimonio.

La carta informativa Siglo 21 ensaya una explicación ideológica. Dice que tanto el presidente como los dirigentes de Expocruz son militantes de una corriente muy difundida en estos días, la corriente del capitalismo salvaje.

En Orinoca, el presidente era seguidor del comunitarismo, además de los omnibuses que pasaban por la zona, como él cuenta con tanta frecuencia, pero cuando se radicó en el Chapare comenzó a saborear las mieles del capitalismo, del capitalismo más grosero y desembozado.

Los dirigentes de Expocruz creen con fiereza en el capitalismo, y si es salvaje, pues mejor.

El presidente Morales estaba mintiendo cuando decía que quiere el socialismo, o por lo menos estaba traicionando a sus bases, a los fieros cocaleros, proveedores de los narcos. Tenían que encontrarse. Estaban hechos uno para el otro. Quién cedió más, es un detalle que no importa. Arriba el novio o arriba la novia, no importa.

Consumatum est.