Mondeo Hybrid, C-Max Energi y Focus Electric; tomamos contacto con la gama electrificada de Ford


No todos los gadgets son táctiles, pero algunos requieren un tacto especial. Hace unos días nos desplazamos junto a un pequeño grupo de periodistas a la ciudad alemana de Frankfurt para conocer en persona las últimas novedades híbridas y eléctricas de Ford, concentradas en tres modelos de corte bien diferenciando por técnica y propósito que se engloban dentro de su estrategia Power of Choice. Este "Poder de Elección", tal y como lo plantea Ford, reside en una oferta de vehículos lo suficientemente diversa como para seducir al consumidor medio, y no solo a aquellos más concienciados con el medio ambiente o que han convertido en una cruzada personal el exprimir hasta la última gota (o electrón) a sus coches. Focus Electric, C-Max Energi y Mondeo Hybrid serán los encargados de llevar las ambiciones eléctricas de Ford al mercado generalista.

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Antes de comenzar nuestra crónica, hemos de indicar que estos no son los primeros vehículos impulsados a batería en la historia de Ford. La compañía, de hecho, no dejó pasar la ocasión de recordarnos que ya en 1913 experimentaba con este tipo de transportes (poca gente lo sabe, pero algunos de los primeros coches funcionaban con baterías ácidas en lugar de derivados del petróleo), aunque realmente la firma del óvalo azul no se puso realmente las pilas hasta que Toyota lanzó el Prius e hizo un jaque en toda regla al resto de la industria.

Desde entonces la compañía ha estado trabajando a destajo para articular una gama híbrida y eléctrica creíble, aunque a diferencia de otros fabricantes, ha optado por electrificar modelos ya disponibles en el mercado en lugar de crear nuevos vehículos diferenciados estéticamente además de mecánicamente. En otras palabras, pocos sabrán diferenciar un Focus Electric y de un TDCi hasta que ambos arranquen. Habrá quien piense que esto resta frescura o diferenciación a la gama, pero también quien agradezca el no verse forzado a conducir un coche especialmente llamativo a cambio de disfrutar de unos consumos más reducidos.



Nuestra toma de contacto con la gama verde de Ford constó de un circuito de 31 km repartidos aproximadamente a medias entre recorrido urbano (con sus semáforos y frenazos; el entorno natural para este tipo de vehículos) y extraurbano (sin posibilidad de recarga por recuperación y mucho más exigente para híbridos y eléctricos). Dada nuestra falta de familiaridad con los vehículos de prueba y el trayecto escogido por Ford no es posible realizar un examen clínico de los consumos obtenidos o tratar de reducirlos a su mínima expresión, así que optamos por conducirlos con la mayor naturalidad posible, exactamente igual que haríamos si fueran nuestros (lo que en el caso de este juntaletras implica conducirlos como si los hubiera robado).

Nuestras impresiones están expuestas en el mismo orden en el que se probaron los vehículos: primero Mondeo, después C-Max y por último Focus. La elección fue aleatoria y al mismo tiempo providencial, puesto que la progresión mecánica nos llevó desde una mecánica híbrida tradicional a un vehículo eléctrico puro y duro pasando por un punto intermedio bastante equilibrado.

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Ford Mondeo Hybrid

El Mondeo es desde sus inicios uno de los pilares sobre los que se sostienen las ventas de Ford. Su sedán europeo siempre ha gozado de una buena aceptación en prácticamente todos los mercados en los que se comercializa, pero con la nueva generación se convierte en un modelo genuinamente global. El coche ya no es un desarrollo de Ford Europa pensado para su exportación a otros mercados, sino un clon del estadounidense Ford Fusion (nada que ver con el utilitario del mismo nombre comercializado en Europa) con otra denominación y un enfoque más global. De hecho, la unidad de pruebas que pudimos conducir en Alemania fue importada directamente desde Estados Unidos, lo que significa que no tenía hecha la puesta a punto propia para las carreteras (y los consumidores) de la Unión Europea. Pero antes de nada, hablemos de mecánica.
Como tantos otros híbridos, este Mondeo cuenta con un motor de explosión de ciclo Atkinson de dos litros y una transmisión automática de tipo CVT. Donde se diferencia de la competencia es en el uso de un acumulador eléctrico de iones de litio y la posibilidad de cargar las baterías de forma externa. Así como la mayoría de los híbridos utilizan exclusivamente el motor eléctrico durante recorridos urbanos de forma automática, permitiendo que las baterías se recarguen usando un sistema de frenos regenerativos que convierten la energía cinética en eléctrica, el Mondeo estira su propulsor eléctrico hasta los 100 km/h y puede cargar las baterías desde una toma de corriente o un punto de carga rápida, si bien esta opción (ya disponible en Estados Unidos) parece que no será ofrecida en Europa. Cabe señalar que aunque el motor de explosión no puede generar electricidad para funcionar en modo eléctrico como sucede con el Chevrolet Volt, sí que puede proporcionar un pequeño nivel de carga para evitar que las baterías se queden a cero.

Como es habitual con esta clase de vehículos, los conductores novatos se sorprenderán por la suavidad y la falta de sonido del Mondeo Hybrid en recorridos urbanos. El coche arranca sin dar muestras aparentes de ello, y antes de darte cuenta ya estás circulando con el resto del tráfico, sin apenas más sonido ambiente que el ruido de los neumáticos sobre el asfalto (que por cierto, era bastante perceptible). El motor eléctrico tiene una buena respuesta y entrega una saludable cantidad de fuerza desde el principio, pero a pesar de que permite rozar los 100 km/h solo con electrones, es muy evidente que Ford no quiere que lo uses para correr. Tan pronto como pisas el acelerador con algo de brío se activa el motor de explosión, con aproximadamente 140 caballos (cerca de 190 caballos entre ambos), y llegados a este momento la suavidad y el confort de marcha son como los de cualquier berlina de su categoría.

De hecho, comparte con otros híbridos una cierta aspereza en el momento en el que interviene el motor a explosión, dado que para evitar dejar al coche sin capacidad de empuje el motor se sobre revoluciona automáticamente nada más arrancar, de forma que entra en juego totalmente ajustado a la velocidad de ruta. Esta activación resulta muy evidente tanto por sonido como por cambio en el comportamiento del vehículo. No es una experiencia brusca, al contrario, pero ese instante en el que el coche pasa de modo eléctrico a explosivo resta refinamiento al conjunto.

Es necesario recalcar que el motor de gasolina se activa con gran facilidad, probablemente porque aunque Ford permite su uso en recorridos extraurbanos, no quiere que su abuso repercuta de forma negativa en los consumos, puesto que cuesta relativamente poco descargar la batería si aceleras de forma brusca.

En teoría el Fusion Hybrid puede recorrer cerca de 30 km en modo puramente eléctrico, aunque lógicamente esta cifra depende en gran medida del uso del vehículo. También de lo hábil que seas en los semáforos, dado que el fabricante asegura que su sistema de frenada regenerativa puede captar hasta el 90% de la energía que de otra forma se desperdiciaría. Para ayudarte a mejorar los consumos, una pantalla LCD en el tablero de instrumentos muestra una planta a la que le van creciendo hojas según mejoras tu eficiencia (sí, básicamente el coche te da "puntos" por conducir correctamente). Conduciendo de forma algo brusca, con el aire acondicionado, la radio y con un acompañante, conseguí un consumo medio combinado de 5 L/100 km, que no es una mala cifra en absoluto para un coche de su tamaño y potencia. Posiblemente hubiéramos podido restarle con facilidad medio litro adicional de estar más familiarizados con la ruta y el propio vehículo, pero como decimos, se trata de una toma de contacto.

Si quieres un coche "que corra", será mejor si sigues buscando. La optimización del motor eléctrico se ha realizado desde el punto de vista de la eficiencia antes que primando el dinamismo, e incluso los cerca de 140 CV disponibles en modo de combustión se estiran lentamente.

Una vez en autopista el Mondeo Hybrid sabe ir rápido, pero no le pidas grandes emociones ni una respuesta temperamental, porque no la vas a encontrar. Se siente además un poquito más barco que sus predecesores; no da la impresión de que se vea lastrado por el peso de las baterías, pero al entrar en curvas cerradas noté que las suspensiones eran tal vez más blandas de lo habitual, algo que más tarde me confirmaron los ingenieros al indicar que se trataban de unidades traídas desde Estados Unidos con la configuración de origen, típicamente más suaves. Posiblemente el tacto de las unidades europeas sea distinto. Por ahora todavía estamos esperando precios y datos homologados para la UE, dado que no saldrá a la venta hasta 2014.

Ford C-Max Energi

El modelo más familiar de la gama ecológica de Ford ha resultado ser además el más listo de todos. Este monovolumen compacto, que está teniendo unas ventas muy positivas en Estados Unidos, se distingue no solo por su motor eléctrico y sus baterías de iones de litio (también con una autonomía teórica de 30 km), sino porque brinda al conductor la oportunidad de activar dicho propulsor a voluntad. Esto quiere decir que el motor a explosión no intervendrá si no lo deseas, a diferencia de lo que sucede con el Mondeo Hybrid, ofreciendo por tanto una conducción 100% eléctrica hasta que agotes las baterías; algo muy práctico si solo haces pequeños recorridos diarios y tienes la oportunidad de dejar cargando el coche en casa o la oficina.
Lógicamente, con una autonomía sin emisiones de 30 km no vas a llegar muy lejos, así que Ford, aunque brinda esta oportunidad, lo hace ofreciendo tres métodos de conducción preprogramados: EV Now, Auto EV y EV Later. Cada uno de ellos tiene un propósito distinto.

El primer modo de conducción es el más adecuado si por ejemplo vives en la ciudad pero tu trabajo te lleva a las afueras, lejos del núcleo urbano. De esta forma, es posible realizar todo el callejeo con el motor eléctrico (sin acabar totalmente la batería si utilizas con prudencia el pedal de freno) y usar el motor de gasolina cuando sales a la carretera. Si además tu trabajo te ofrece la posibilidad de cargar el coche en el aparcamiento, tendrás la batería llena para cuando regreses a casa, momento en el que posiblemente quieras utilizar el modo EV Later. Es importante señalar que en modo EV Now el motor de explosión no interviene directamente a menos que el conductor así lo indique usando un pulsador en el volante, aunque teóricamente es posible activarlo pisando el acelerador con mucha fuerza. Durante nuestra prueba de contacto tuvimos que adelantar a un camión en un tramo limitado a 80 km/h y fue necesario activar el motor de explosión manualmente porque el eléctrico se quedaba claramente corto para este tipo de maniobras. El modo EV Now también utiliza energía eléctrica para mantener "vivos" sistemas como el aire acondicionado y la calefacción en todas las circunstancias.

Auto EV es básicamente el modo híbrido convencional. El coche funciona en modo eléctrico al arrancar y a baja velocidad, encendiendo el de explosión cuando se le pide una mayor aceleración. Ofrece el rendimiento más equilibrado y requiere una menor intervención por parte del conductor, puesto que no es necesario decirle al motor de gasolina cuándo tiene que entrar en acción; el sólo se encarga de arrancar, revolucionándose durante unos instantes para entrar con la potencia y velocidad activada. En este sentido, el C-Max Energi brinda las mismas sensaciones que el Mondeo Hybrid enchufable, en parte porque mecánicamente son casi el mismo coche.

Por último, EV Later prioriza el motor de explosión y reserva la carga de la batería para más tarde. Es el modo ideal para salir directamente a carretera y tener siempre el modo eléctrico disponible para cuando llegues a la ciudad, momento en el cual podrás activar manualmente la propulsión eléctrica desde el volante. Básicamente es la función inversa de EV Now, con todo lo que ello conlleva. El motor a gasolina del C-Max Energi, un Atkinson de 2,0 litros y unos 140 caballos (según homologación estadounidense; 188 caballos sumando el motor eléctrico) funciona bastante bien y no es particularmente ruidoso salvo durante su activación, permitiendo circular con bastante comodidad y una buena sensación de seguridad al volante.

En términos generales, el C-Max Energi es más agradable de conducir y extrañamente posee un mayor confort de marcha que el Mondeo Hybrid en su versión enchufable, con una suspensión algo más ajustada y un comportamiento más dócil. No hay bamboleos en curva y la pisada es muy firme, aunque el ruido aerodinámico es superior al de la berlina, haciéndose incluso acusado durante los recorridos extraurbanos. Tampoco es que sea incómodo; lo que sucede es que el romper del viento es ahogado en otros vehículos por el ruido motor, de forma que en modo eléctrico puede sorprender cómo se pasa del silencio absoluto en ciudad a un rumor bastante perceptible una vez que se sale a la autopista. En el lado más negativo, la ergonomía de la consola central está poco pensada, obligándote a mirar continuamente los botones digitales de la pantalla táctil o desviar la mano de forma excesiva para manipular el aire acondicionado.

Dado lo limitado del recorrido y la necesidad de probar los tres modos de conducción, es imposible realizar una medición fiable de los consumos que podemos obtener con el C-Max Energi, aunque en nuestro caso pudimos sacarle una media de 3,7 L/100 km escuchando música y con el climatizador bizona encendido. Según Ford, la autonomía máxima combinada del modelo es de nada más y nada menos que 998 km.

Focus Electric

Su nombre lo dice todo. El Focus Electric es un modelo con un pedigrí breve pero ilustre, precedido por dos generaciones que han cosechado un importante éxito comercial y de crítica. No es pequeño como el típico polivalente (por naturaleza poco apropiados para hacer carretera) ni tan grande como un Mondeo (que requeriría una mecánica más cara y potente), por lo que podemos considerarlo el candidato ideal para dar comienzo al plan de electrificación de Ford. Su precio de venta en España es de 39.000 euros antes de contar las ayudas oficiales.

Curiosamente, Ford no ha apostado por dar una estética diferenciada a este modelo a baterías, a diferencia de lo que ha hecho Nissan con el Leaf. Probablemente serán pocos los que sepan diferenciar un Focus eléctrico de sus contrapartes con motores a diésel o gasolina hasta el momento del arranque, lo que resulta llamativo en sí mismo. Es un eléctrico de incógnito, ideal para los conductores que no quieren ir llamando la atención allá por donde vayan.

A un nivel técnico Ford ha optado por utilizar un gran paquete de baterías de iones de litio de 23 kWh fabricado por LG Chem. Este acumulador se instala en la parte trasera del vehículo y posee su propio sistema de refrigeración y calefacción líquida para controlar la temperatura; algo muy importante si tenemos en cuenta que el rendimiento de las baterías varía de forma drástica dependiendo de la temperatura. El coche se encarga de mantenerlas siempre a punto mientras está cargándose, pero también es posible indicarle vía app cuándo vas a conducirlo para que te reciba con la temperatura de las baterías (y del propio habitáculo) en el punto óptimo, ya sea verano o invierno.

Esto significa que el espacio de carga disponible en el maletero se reduce de forma significativa, pero también tiene un efecto bastante curioso: ha permitido ofrecer un reparto de masas de prácticamente 50:50, lo que repercute de forma positiva en la dinámica del coche. El Focus Electric será todo lo verde que quieras, pero no le pesa el trasero lo más mínimo. Por supuesto, aquí es donde interviene su motor de 145 CV, que entrega sus 245 Nm con la mayor de las voluntades. La transmisión, como ya te imaginas, es de tipo automática.

Ford indica que la autonomía máxima del Focus Electric es de 162 kilómetros, aunque nuestra unidad de pruebas reflejaba una distancia teórica de 131 km con el "depósito" a tope. El vehículo fue cargado con un punto rápido (de 3 a 4 horas según cifras oficiales), pero también es posible usar una toma doméstica con los cables suministrados. Algunas compañías eléctricas ofrecen planes especiales para los consumidores interesados en adquirir un vehículo a baterías (incluyendo la instalación de los cargadores), así que es muy recomendable consultar las ofertas disponibles en el mercado eléctrico, y no solo el precio del vehículo.
Sobre la marcha, el Focus Electric sorprende. Aunque no tiene aspiraciones deportivas como los modelos de Tesla, la versión a baterías del compacto de Ford se distingue por su elevado dinamismo y brillante comportamiento, haciendo gala de una nobleza inesperada tan pronto como se sale a carretera; corre cuando es necesario, pero se deja manejar con una docilidad que ya quisieran muchos sedanes.

El arranque y su marcha en terreno urbano no difieren mucho de otros vehículos eléctricos. Tan pronto como se pisa el pedal acelerador, el coche comienza a desplazarse suavemente y sin sonido, casi como si flotara sobre un colchón de aire. Es al caer el pie derecho cuando se aprecia la potencia de su motor de 143 CV y su extraordinaria progresividad. La forma en la que la electrónica del Focus Electric gestiona su rendimiento hace casi imposible salir a quemarrueda (olvídate mejor de ser el notas del semáforo; aunque sabe correr, este es un Focus para ahorrar), pero su empuje es de una progresividad incomparable a la de un vehículo a gasolina. El velocímetro sube con una constancia pasmosa, y antes de que te quieras dar cuenta has pasado de 50 km/h a 120 km/h… sin que dé la impresión de que vayas a más de 70.

Estamos acostumbrados a la suavidad de los vehículos eléctricos, pero el desempeño de este Focus, con su inaudita progresividad y extraordinario silencio, puede llegar a ser incluso alarmante. Solo el ruido aerodinámico y el roce con el asfalto (mucho más amortiguados en cualquier caso que en el caso del C-Max Energi) consiguen recordarnos que estamos circulando a velocidad de autopista. También es destacable su buen comportamiento en curva; no hay bamboleos apreciables ni muestras de estrés (aunque sí es evidente que es un coche más pesado), con el beneficio de contar con unos frenos firmes y con una buena capacidad de respuesta. Estamos convencidos de que 15 minutos al volante del Focus Electric bastarán para convencer a más de un tradicionalista.

Concluyendo

Probados los tres modelos de la gama híbrida y eléctrica de Ford, es evidente su estrategia de diversificación y la gran diferencia en prestaciones y comportamiento que exhiben cada uno de sus integrantes. El Mondeo Hybrid es una buena opción si se quiere un coche "de toda la vida" con unos consumos ajustados, aunque dependerá mucho de las tarifas hacerlo competitivo frente a las versiones diésel; el C-Max Energi ofrece un buen equilibrio entre funcionalidad y eficiencia, con la posibilidad de poder usarlo como un vehículo eléctrico puro; y el Ford Focus simplemente nos ha enamorado. Su precio, no tanto. Precisamente Ford indicó durante su presentación que el 66% de los consumidores europeos estarían interesados en adquirir un vehículo eléctrico si su precio es idéntico al de un modelo con motor a explosión, pero si hacen falta cuatro años de uso para rentabilizar el sobrecoste, este porcentaje cae al 18%. Es algo en lo que tendrán que pensar profundamente los estrategas de la compañía.

Fuente: http://es.engadget.com