Luis Christian Rivas Salazar
Evo Morales se ha propuesto gobernar desde Santa Cruz. Obviamente, para hacerlo tiene que conquistar a este pueblo. Ahora vemos a Morales y García Linera bailar en el carnaval cruceño sonriendo con sus casacas y sombreros de sao. Se mueven al ritmo de la tamborita, contoneando las caderas, agarrados de las manos, alegres, sonriendo, color, alegría, gallardía; al final, el carnaval es el éxtasis de las masas despabiladas y excitadas por la música y el alcohol, ingredientes infaltables de una noche loca.
Pero esto no es un amor de una noche, es un cortejo serio. Morales se ha propuesto conquistar el corazón oriental, al final los andinos ya han sucumbido a sus encantos; como un conquistador nato, está buscando un premio mayor, quiere someter a quien le ha rechazado. Tanto gobernaciones como alcaldías tienen que ser masistas. Pero no es un amor a la tierra oriental, es puro placer de conquista.
Si pudieran empezarían a hablar con acento camba, pero ganan la confianza de la víctima estando rodeados de asambleístas, ministros, empresarios oriundos, se sienten felices en la inauguración de la Feria, como si todos los amaran, hipnotizan a todos con la “estrategia envolvente”, con una mirada seductora, guiñándoles, mandándoles besitos, ofreciéndoles buenos cargos y privilegios como a la Unión Juvenil. El mensaje es claro: “No puedes contra mis encantos, si quieres sobrevivir, tienes que ser mía”; así las voces opositoras y contestatarias se apaciguan; el Comité Cívico ya no es lo que era. Se domestica al chúcaro.
Así el cruceño común y corriente no puede verlos como enemigos, sino todo lo contrario, es el Bel-Ami, a quien hay que dejar la puerta abierta para que visite a las mujeres de la casa.
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Ganada la confianza, se tiene que mostrar el valor, el poder económico, político y legal. Esto tiene que ver con la pregunta: ¿Por qué lo seleccionan antes que otro candidato? ¿Por qué lo prefieren antes que a otro muchacho del barrio?, además de un billetera grande, el erario nacional, es necesario que todos hablen bien de uno, cuenten maravillas.
Es lógico que se conquista con regalos, carreteras por aquí, carreteras por allá, asegura una entrega total. Los otros candidatos no tienen nada de esto, Morales está en ventaja. Mientras los pequeños opositores se pelean por nimiedades, el oficialista ya está firmando acuerdos con las más viejas y rancias élites para asegurar el futuro compromiso.
La indiferencia con que se miraba antes a Santa Cruz ha hecho que la autoestima de ésta se vea disminuida, porque el gobernante estaba terminando de conquistar las otras regiones. De todas maneras, hay que demostrar que esta ciudad nunca ha estado en un altar, no se la idealizó como la inalcanzable, esta ciudad es seducible como las otras.
Sólo se tiene que encontrar el hilo conductor que lleve a recibir los favores. En el caso de Santa Cruz, uno de sus valores principales es la libertad, entonces tienen nomás que dejarla andar con cierta libertad pero sin perder el control, obviamente.
El cruceño ama la libertad económica más que en otras ciudades. Por ejemplo, en una cuadra podremos encontrar en cada casa un negocio: gomerías, karaokes, restaurantes, tiendas de vehículos, etc. Los locales comerciales pueden ocupar el espacio público, lo importante es el negocio, mientras que en Cochabamba, para abrir una empresa microscópica y poner un letrerito se tiene que hacer ridículos y complicados trámites.
Entonces el seductor tiene que aceptar esta naturaleza y ponerse un antifaz procapitalista, ya que sus ojos están sobre la bella Santa Cruz.
Correo del Sur – Sucre