Afirma Jorge Ijjasz, director de Desarrollo Sostenible para la región del BM. El organismo multilateral prepara un proyecto de desarrollo sostenible para productos andinos como la quinua y la cría de camélidos en las zonas rurales.
“Alianza entre el Gobierno y el Banco Mundial está creciendo”
Página Siete / La Paz
El colombiano Ede Ijjasz-Vásquez es el director del Departamento de Desarrollo Sostenible de la Región de Latinoamérica y el Caribe. Visitó el país para reunirse con autoridades bolivianas, conocer proyectos en ejecución y planificar nuevas iniciativas en diversas áreas que reciben financiamiento del Banco Mundial.
Página Siete conversó con él sobre los programas prioritarios en el área de desarrollo que se están ejecutando, especialmente los relacionados con el apoyo a los cultivos de quinua y cría de camélidos, que son líneas prioritarias de trabajo del Banco Mundial.
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¿Cómo están las relaciones de Bolivia con el Banco Mundial?
Bolivia es un socio muy importante para el Banco Mundial, la alianza entre el Banco Mundial y el Gobierno boliviano está creciendo. En las zonas rurales estamos preparando un proyecto de desarrollo de productos andinos para apoyar la producción sostenible de quinua y camélidos.
¿Cuáles son las líneas prioritarias de trabajo del Banco Mundial en Bolivia?
El país tiene necesidades enormes de infraestructura, especialmente en el tema de transporte, en términos de servicios urbanos municipales.
El segundo tópico importante es el desarrollo rural: cómo lograr que en la agricultura no sólo se aumente la producción, sino que sea más eficiente y más productiva; cómo lograr que con mayor eficiencia y productividad las familias y los productores agrícolas tengan una mejor calidad de vida; cómo lograr que haya suficiente infraestructura de transporte, de manera que los productos puedan salir de las fincas a los centros de consumo.
El tercero tiene que ver con una serie de aspectos relacionados con el cambio climático y la mejor preparación para los desastres naturales (inundaciones, sequías, cambios en el comportamiento de las lluvias).
¿Qué proyectos concretos tiene el Banco Mundial en estos temas?
Tenemos proyectos concretos en la parte de agricultura; hay una serie de proyectos de desarrollo agrícola y el proyecto de productos andinos que mencioné. En la parte de infraestructura tenemos proyectos de carreteras y apoyamos el proyecto Barrios de Verdad en la ciudad de La Paz. En el área de desastres naturales contamos con un proyecto que está finalizando con resultados muy interesantes y un proyecto en preparación para fortalecer la capacidad del Gobierno central y los gobiernos regionales para hacer frente a la variabilidad climática.
¿Y en el caso concreto de la quinua?
Éste es el Año Internacional de la Quinua y llevamos un buen periodo trabajando con el Gobierno boliviano para definir una estrategia. La quinua tiene grandes potencialidades: los precios han subido mucho y eso siempre genera tensiones en el mercado nacional, porque los agricultores, viendo los buenos precios, quieren aumentar la producción. Es así que empieza a haber cuellos de botella: primero, la sostenibilidad, porque se ha expandido de manera muy rápida su consumo y venta, y la productividad no ha aumentado en la misma proporción y más bien ha disminuido un poco; hay una serie de presiones sobre el medio ambiente que, como el del altiplano, es muy frágil; además hay una dificultad en términos de mecanización; finalmente, uno de los retos importantes es la infraestructura vial: hay enormes dificultades para llevar los productos desde los centros de producción hasta donde se procesan.
Parte del proyecto que estamos empezando a diseñar es apoyar esos procesos; además, queremos fortalecer la investigación y la certificación orgánica de la quinua. Por ahora estamos empezando a enfocarnos en mantener una sostenibilidad ambiental en la producción, de manera que aumente la productividad y se pueda atender la demanda nacional e internacional de forma sostenible. Lo otro es apoyar en cuanto a infraestructura, para que sea más fácil sacar el producto y aumente la calidad de vida de los productores.
¿Y en camélidos?
Si se quiere un desarrollo sostenible en la producción de quinua se necesita abono orgánico y para ello hay que contar con los camélidos. Si no, no hay cómo abonar y hay que usar químicos. Como la quinua tiene precios altos, la tentación es expandir la frontera agrícola y dejar de criar llamas y camélidos.
Hay otros productos que pueden ser desarrollados usando la cadena de valor de la quinua: el tarwi, la oca, el amaranto.
Estuvimos con la Asociación de Chefs de Bolivia y ellos sostienen que no solamente hay que producir quinua, sino rescatar el valor cultural de este producto, las recetas para cocinarla y así llevarla hasta los mercados internacionales.
HOJA DE VIDA
Estudios Tiene un doctorado y maestría científica en ingenierías civil y ambiental.
Docencia Fue disertante de maestría en Ciencia y Política del Medio Ambiente de la Universidad Johns Hopkins, EEUU.
Carrera Fue gerente de la Unidad de Desarrollo Sostenible para China.