Bakovic. Ni el ruego al papa lo salvó de morir


En su desesperación, el expresidente de Caminos le escribió al líder de la Iglesia católica para poner en evidencia el estado de la justicia en Bolivia.

image Los juicios fueron en diversas ciudades. Pasó sus últimos días en aviones y en tribunales.



Iván Paredes, EL DEBER, SÉPTIMO DÍA

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Evo Morales juró como presidente —en ese entonces de la República— el 22 de enero de 2006. Dos meses después, José María Bakovic, quien dirigió de 2001 a 2006 el Servicio Nacional de Caminos (SNC), empezó a sufrir el calvario judicial que soportó siete años y que terminó con su vida este último 12 de octubre. Ya en sus primeros días de mandato, Morales tenía acumulada en su escritorio una serie de denuncias de corrupción en la entidad de Caminos. Mandó a investigar inmediatamente.  

A Bakovic, en un principio, se lo acusó de irregularidades en la carretera Potosí-Tarija y en los contratos con las empresas brasileñas Queiroz Galvao y OAS. En abril de 2006 fue recluido en la cárcel de San Pedro, donde estuvo 20 días detenido. Salió del penal y luego enfrentó 76 procesos. Aparte de esas denuncias ganó 30 juicios administrativos.  Entre proceso y proceso, el exfuncionario se convirtió en el hombre más enjuiciado en los siete años de gestión presidencial de Evo Morales.

El inicio del calvario

La abogada de la familia Bakovic, Audalia Zurita, relata que el difunto, oriundo de Cochabamba, se convirtió en un objetivo político de la administración de Morales. Paradójicamente, explica, su brazo derecho en el SNC, Patricia Ballivián, hoy allegada al Gobierno, fue quien convenció al jefe de Estado de instalarle los procesos por corrupción.

La jurista cree que Ballivián —que fue ministra de  Estado en la primera gestión de Morales— desarrolló una “bronca” contra Bakovic. Comenta que la actual gerenta general del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas le instaló procesos administrativos hasta por la pérdida de bolígrafos y material de escritorio. Este medio quiso conocer la versión de Ballivián, pero no tuvo éxito.

Bakovic se hizo cargo del SNC con la ilusión de cambiar la imagen de la institución. Tras ganar el concurso de méritos y avalado por el Congreso, trabajó con los presidentes Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé. En 2006 se reunió con Morales a pedido del mandatario, quien según explicó salió de la cita con “muchas dudas y preocupación” por las denuncias de corrupción en el SNC.

Bakovic enfrentó 76 juicios en todas las latitudes de Bolivia. Tenía procesos abiertos en Beni, La Paz, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. Tarija fue uno de sus últimos destinos por el proceso de la vía Tarija–Potosí, por el que fue sentenciado en agosto de este año a tres años de prisión y a reponer $us 31 millones, fallo sobre el que aún podía presentar recursos y que Bakovic estaba dispuesto a enfrentar.

A sus 74 años, ya había señales de agotamiento en su cuerpo. En los últimos respiros de su vida, sus días tenían un esencial condimento: el ajetreo. Iba de hotel en hotel, de avión en avión, de aeropuerto en aeropuerto y sobre todo, de juzgado en juzgado.  El 12 de octubre, cerca a las 18.00, su corazón se paró para siempre en Cochabamba. Llegó de emergencia a esa ciudad, ya que un día antes tuvo un infarto en plena audiencia en la sede de Gobierno, territorio donde un equipo de médicos le había prohibido volver.

Un equipo de forenses evaluó su salud de forma diferente y autorizó el viaje de Bakovic a La Paz para que no fuera declarado rebelde. “Soy un perseguido”, era la respuesta habitual que lanzaba el exfuncionario cuando se le preguntaba sobre sus procesos.

El tema está en la justicia

Para representantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) el asunto de Bakovic debe ser esclarecido por la justicia. El diputado Héctor Arce lamentó el deceso del extitular del SNC, pero rebotó la responsabilidad de los procesos a las instancias judiciales del país.

No existe antecedente judicial de una persona que haya enfrentado 76 procesos, entre ellos civiles, penales y administrativos. Su amigo, Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia, lo recuerda como un “hombre intachable” que fue víctima de la “justicia dominada por fines políticos”.

La abogada Aida Camacho, que representó a Bakovic en varios de sus procesos, comenta que su cliente era un “trofeo político” del Gobierno, pero lo más detestable, dice, fue que solo se fijaron en él cuando existía todo un “aparato de corrupción” a su alrededor en el SNC.

En plena defensa, Bakovic atacó dos veces al Ejecutivo, lo que molestó, según Zurita, en las esferas gubernamentales. Denunció que la empresa brasileña OAS pagó la campaña electoral de Evo Morales y criticó la oferta de seis opciones para el tramo III de la vía Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, que cruzará el Tipnis.

No lo perdonaron. Murió en plena lucha judicial 

LO RECUERDAN COMO UN FUNCIONARIO QUE JAMÁS SE INVOLUCRÓ EN LA CORRUPCIÓN

El hombre que le propuso para presidir el Servicio Nacional de Caminos (SNC) lo compara con Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica, personaje que logró la democracia interracial en su nación. Jorge Quiroga, ex mandatario boliviano, fue quien lo llevó a la entidad institucionalizada después de que trabajó durante 30 años en el Banco Mundial. “Es esa época, la única forma de hacer caminos era con créditos, la única forma de inspirar credibilidad era con una persona cuya trayectoria era reconocida en el mundo, era el famoso boliviano del Banco Mundial”, relata el expresidente a través de un correo electrónico.

Los halagos no mueren ahí. El escritor Winston Estremadoiro recuerda al exfuncionario, que falleció de un paro cardiaco tras declarar en La Paz, como una “persona intachable”. “Recordaré la hazaña del cien por cien de apoyo congresal que le eligiera como único presidente ‘institucionalizado’ de Caminos”, enfatiza. Un amigo del exfuncionario —que enfrentaba 76 procesos— retrocede al momento en que Bakovic aceptó el reto de dirigir el SNC. Julio Valenzuela, que también dice tener una amistad con Evo Morales, dice que Bakovic volvió al país con mucho dinero y que no necesita volver a trabajar, sin embargo, al presentarse la oportunidad respondió: “Aún tengo fuerzas para servir a mi pueblo”.    

Detalles 

La CARTA A LA OEA

José María Bakovic envió una misiva a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dependiente de la OEA, para que interveiniera en su caso.

No hubo una respuesta

El organismo internacional no logró emitir un pronunciamiento sobre la situación que enfrentaba José María Bakovic. 

Las críticas a la ABC

Bakovic, al abandonar su cargo en el SNC, fue crítico con las gestiones que llevó adelante la nueva Administradora Boliviana de Caminos (ABC).

La misiva a Luis Sánchez

Al entonces presidente de ABC, Luis Sánchez, Bakovic le pidió la expulsión de la empresa OAS de las obras asignadas.

Sobre el TIPNIS

Bakovic denunció una adjudicación ilegal por parte la empresa brasileña OAS para la construcción de la vía Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, por el Tipnis.

Acusación a OAS

El fallecido acusó a OAS de pagar la campaña electoral de Evo Morales y del expresidente brasileño Lula Da Silva.

Las repercusiones

Diputados opositores anunciaron que iniciarán un proceso legal contra los forenses que autorizaron el viaje de Bakovic a La Paz para que declarara.

La acción de la fiscalía

El fiscal general, Ramiro Guerrero, deslindó culpa sobre la muerte de Bakovic. Dijo que ningún fiscal autorizó su viaje.

LE PROMETIÓ AL PAPA CONTARLE EL SUPUESTO CONTROL POLÍTICO EN LA JUSTICIA BOLIVIANA

No se sabe oficialmente si el papa Francisco leyó la carta que José María Bakovic le envió, en la cual acusa al presidente Evo Morales de “dominar” la justicia boliviana. La misiva la envió días antes de que el jefe de Estado visite al pontífice en el Vaticano. “Evo te dirá que mis procesos están en manos de la justicia y que él no puede hacer nada al respecto. Debo decir que no hay juez en Bolivia que se atreva a ir contra su mandato”, escribió el exfuncionario. Al finalizar la escritura, de una página y media, Bakovic le prometió al líder religioso que le explicaría con más detalle el control político que tiene la justicia boliviana cuando llegue al país, en 2014. Ese deseo no podrá plasmarse. “Cuando estés en Bolivia el 2014, como se anuncia, podré relatarte con más detalle esta forma de control político a través del sistema judicial”, le expresó.

Morales al enterarse del deceso envió condolencias a la familia afectada, y reveló que en 2006 le dejó “dudas” y “preocupación” la política caminera tras reunirse con Bakovic en la residencia presidencial. Ese fue el único encuentro que tuvieron Morales y Bakovic, lo confirmó la abogada Audalia Zurita.

El exfuncionario falleció producto de un paro cardiaco por declarar en La Paz. La hija de Bakovic, Katica, lo tildó como un “héroe”. “Mi padre es inocente, mi padre es intachable, y no lo digo porque es mi papá, sino que así es él”, escribió la hija doliente. Uno de los últimos mensajes que Bakovic transmitió a su familia fue el siguiente: “Nos pueden decir lo que quieran, nos pueden hacer lo que quieran, pero ustedes nunca hagan daño a nadie, nunca hagan maldad a nadie”, pidió el extitular del SNC, según una carta que escribió su hija Katica, que al finalizar la misiva dice: “Ese mensaje nos inculcó mi padre. Nadie nos quebrará”.

Bakovic fue gerente financiero de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) antes de irse a Estados Unidos para trabajar en el Banco Mundial. Después de 30 años de labor, regresó a Bolivia y se hizo cargo del Servicio Nacional de Caminos (SNC), desde el 2001 hasta el 2006.    

ANÁLISIS 

Nunca fue político, pero fue una víctima de la política

ERIKA BROCKMANN

ANALISTA

La muerte de José María Bakovic ha conmocionado a la opinión pública y a la gente que lo apreciaba y conocía como una persona de bien y sin ningún antecedente de corrupción. Experimentamos, una vez más,  el sentimiento de impotencia  frente a un Gobierno central y un sistema judicial que cierra el círculo de su manipulada y mediocre existencia con el recurso de Poncio Pilatos: lavarse las manos.

¡Qué paradoja! Bakovic nunca fue político, pero terminó siendo víctima y estandarte de una deformada cruzada anticorrupción preñada de imposturas. Recuerdo el día en que por más de 90% de los votos de la Cámara de Diputados asumía la presidencia del Servicio Nacional de Caminos (SNC). En ese entonces, no faltaban corrientes políticas partidarias resistentes a emprender reformas institucionales fundadas en criterios meritocráticos y orientadas a “desmontar” prácticas que hicieron de instituciones como el SNC, referentes simbólicos de la corrupción pública. Pese a esas resistencias, ganaron las corrientes institucionalistas logrando que Bakovic asumiera el desafío y cuyo legado se traduce hoy en una serie de proyectos que el Gobierno impulsa e inaugura en tiempos de bonanza.

Fue el presidente Evo Morales uno de los primeros en acusar públicamente de corrupto a Bakovic. Lo hizo con ligereza y tono de sentencia. Ese 2006, con el aura de una legitimidad inédita, no solo ignoró el principio de presunción de inocencia, sino que abrió la compuerta para que los operadores de justicia comiencen a forzar procesos para validar y complacer la fiebre discursiva acusatoria.