Bolivia va colero en aporte laboral para la jubilación


Solo el 15% de trabajadores cotiza para las pensiones. Países como Brasil, Chile, Argentina, Costa Rica y Uruguay están por encima del 50%. Nosotros estamos al final por debajo de Perú y Paraguay.

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EL DÍA, Santa Cruz, Bolivia



Un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo, en un estudio denominado "Mejores pensiones, mejores trabajos", ubica a Bolivia en el último lugar de la cobertura de seguridad social de la región con un 15,5%, muy por debajo de la media latinoamericana del 44,7%. Sin embargo, destaca, que el sistema “no contributivo” ha logrado a través de la "Renta Dignidad", generar una participación más  del 90% de cobertura de la población.

"El sistema de pensiones boliviano ofrece una paradoja. Si por un lado es el que tiene mayor cobertura de América Latina, por el otro solo el 15,5% de los que tienen empleo hacen aportes jubilatorios", señala.

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En análisis del informe. Para el periodista, Humberto Vacaflor,  entendido en el tema,  el país seguirá en el último lugar debido a una proliferación constante de la economía informal, donde el Estado, en los últimos años en lugar de fortalecer las empresas administradoras de pensiones, ha provocado una incertidumbre con las dos ultimas reformas en menos de 15 años.

"Hay más gente trabajadora de manera informal que no aporta para la jubilación y con una tasa muy baja de productividad. Las últimas reformas, lo único que han generado son generaciones “sándwichs” con altos costos para el país", señaló Vacaflor.

Por su parte, Roberto Laserna, afirma que la construcción de una seguridad social con el mayor volumen de aportantes para su jubilación solo es posible en tanto y cuanto haya una confianza de parte del Estado y las normas existentes. "Por ahora, la gente prefiere guardar su dinero en un chanchito, o comprar una casa o terreno y no así aportar, porque hay mucha desconfianza", señaló.

Coincidencias.  Acorde con el análisis de Laserna y Vacaflor, el BID hace una distinción entre la pensión contributiva (que beneficia a quienes hacen aportes a lo largo de su vida) y la no contributiva, como la Renta Dignidad.

"La pensión no contributiva del programa Renta Dignidad es parte de una estrategia de lucha contra la pobreza. El costo es de alrededor de un 1% del PIB, de manera que, siempre que haya continuidad institucional es un sistema sostenible. Pero para dar un salto de calidad en los ingresos se necesita un mayor aporte contributivo", afirma Mariano Bosch, uno de los representantes del BID.

Factores preponderantes. El informe menciona que la bajísima contribución jubilatoria obedece a dos factores. Por un lado, en un país con altos porcentajes de pobreza, una importante franja de la población apenas tiene para la subsistencia diaria. Al mismo tiempo, el alto nivel de informalidad laboral, sea por cuenta propia o empleo en negro, lleva a que una amplia franja de la población no contribuya al sistema.

Punto de vista

‘En este momento es muy difícil lograr esa confianza’

Roberto Laserna

Economista

“El sistema contributivo, es un sistema que requiere plazos largos para ir desarrollando. Anteriormente, el sistema de reparto ya era deficitario y  había creado demasiadas desigualdades en lugar de reproducirse vía AFP’s, que estaban empezando a generar confianza.  Era un sistema que buscaba autofinanciarse en gran medida una solvencia, estaban permitiendo ahorros de un sistema de largo plazo. Con la última reforma de pensiones se ha erosionado esa confianza.

En este momento es muy difícil lograr esa confianza y convencer a una persona que no tiene  un salario se haga un aportador voluntario para una jubilación individual.  Es un problema que implica muchos años de trabajo como país y como Estado. La gente en lugar de hacer un aporte para su propia jubilación, prefiere ahorrar en un “chanchito”, una casa o un terreno y confiar en Dios para que nadie se lo robe”.