Desmitificando el discurso de las brechas económicas


Roberto Ortiz Ortiz*RORTIZ_thumbRepetida de manera insaciable por todos los medios de prensa, diarios, revistas y hasta de políticos socialistas en busca de poder, se encuentra el sofisma de que “la brecha entre ricos y pobres cada vez es más grande”. Han llegado incluso a convertirlo en un axioma que no da lugar a debate.Diariamente se repite que el mundo es un lugar cada vez más injusto para vivir y obviamente estas personas no pierden la oportunidad de adjudicarle esta injusticia al sistema capitalista, al imperialismo y demás “demonios” que supuestamente buscan el aumento de la pobreza y la profundización de la brecha entre ricos y pobres. Esto es un ejemplo muy significativo de como una postura ideológica errónea ha logrado que miles de personas sustituyan el análisis objetivo de los hechos y de las cifras, puesto que si bien es cierto que los ricos cada vez son más ricos, también es cierto y demostrable que la cantidad de pobres cada vez disminuye.El número de pobres se ha reducido de forma espectacular en los últimos años gracias a la economía de libre mercado y la globalización. Esta transformación no tiene punto de comparación en la historia de la humanidad. Es necesario arrojar a la luz una realidad que muchas veces se olvida. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, hasta la revolución industrial, el estado normal del común de los hombres fue de pobreza extrema. La gran estafa de cierta izquierda es distorsionar con discursos emotivos los sucesos que están cambiando ese viejo panorama. En los últimos 50 años la pobreza del planeta ha decrecido más que en los últimos 500 años anteriores y el número de personas que viven con menos de un dólar al día ha sido reducido en 500 millones de personas en los últimos 25 años.Si analizamos las cifras, el problema no está en las desigualdades o en que los ricos se hagan más ricos, más bien el problema está en la gente que no ha logrado salir de la pobreza aún y este problema solo se puede arreglar con libre mercado es decir, con captación de capitales en vez de espantarlos, fomento de propiedad privada en vez de nacionalización, ver a la globalización no como un riesgo sino como una oportunidad, crear productos industriales con valor agregado y ofrecer servicios con ventajas comparativas, disminuir las trabas burocráticas como impuestos y corrupción, mejorar el sistema educacional y dar flexibilización laboral. Por otro lado decir que la desigualdad económica es mala, es simple y pura envidia. Las desigualdades son causa del desarrollo de habilidades humanas que lograron satisfacer mejor la demanda y trajeron consigo oportunidades de desarrollo a las personas, termino justificándome en que si Bill Gates no fuera millonario, probablemente no estuviera escribiendo en esta computadora.*Estudiante de ingeniería comercial