Los familiares empezaron a retirar los cadáveres para darles cristiana sepultura. Faltan dos por identificar y otros tres, presuntamente extranjeros, no fueron reclamados por ningún pariente
El fiscal Arce dialoga con los familiares de las víctimas en la morgue
Guider Arancibia Guillén –[email protected]
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A casi dos meses de la tragedia ocurrida en Chonchocorito de la cárcel de Palmasola, los familiares de los reclusos asesinados empezaron a recoger sus restos después de haber sido plenamente identificados a través del análisis genético practicado por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF).
Sosteniendo en su mano una foto de su hermano Jorge Luis Saucedo Saenz (24), Roxana Hurtado llorando pidió ayuda a la población cruceña para poder trasladar los restos de su familiar hasta Beni.
“Mi hermano no mereció morir así. Dejó a una niña de tres años huérfana y a su esposa embarazada. No tenemos recursos y esperamos la solidaridad de la gente”, dijo tras recibir el acta de entrega en la morgue del hospital San Juan de Dios.
El fiscal coordinador Marcos Arce confirmó que 29 internos del penal fueron identificados por medio de estudios de ADN.
En la morgue del San Juan de Dios había 15 cuerpos, otros cinco en el hospital municipal de la Villa Primero de Mayo y tres en el del Plan Tres Mil, haciendo un total de 23.
Las pruebas llegaron desde La Paz, 18 cuerpos fueron identificados, pero no así dos porque las muestras no fueron sacadas de la línea directa paterna, mientras que a otros tres no se les pudo hacer el estudio porque no aparecieron sus familiares, lo que hace suponer que se trata de extranjeros.
El fiscal encargado de las investigaciones, José Parra, entregó las actas ayer a los familiares y aclaró que el retiro de los cuerpos es gratuito.
La nómina de fallecidos
En la lista de identificados figuran los nombres de Fernando Vásquez Ricaldi, Óscar Sairana Moreno, Alexis Zorrilla Vargas, Luis Miguel Gutiérrez Bernar, Roberto Richard Altamirano Ayala, Cristián Sebastián Daza Céspedes, Diego Paye Vargas, Guido Arias Roca, Gary Germán Banegas Viderique, Jorge Luis Saucedo Saenz, Jorge Jiménez Montesinos, Jesús Montero Pérez, Ronny Alexy Gonzales Aguilera, Elmer Durán Serrano, Jimmy Durán Lino, Odenemir Preto Pedraza, Galo García Durán y Luis Carlos da Silva de Almeida.
Según los informes, las 35 personas víctimas del pabellón B de Chonchocorito fallecieron como consecuencia de intoxicación por inhalación de monóxido de carbono.
Los fiscales Marcos Arce y José Parra coincidieron en afirmar que los fallecidos también presentaban heridas de machete y golpes con armas contundentes, pero que no se detectó lesiones por impactos de bala.
250 testigos y otra imputación
El fiscal coordinador Marcos Arce aseguró que hay una investigación que no se detiene para llegar al esclarecimiento del lamentable suceso. Recordó que después de enviarse a Chonchocoro de La Paz a 10 reclusos, hay una nómina de más de 250 testigos y otra imputación incluyendo a más internos como responsables de la tragedia.
Celso Parada, asesor legal de la Defensoría del Pueblo, recibió un informe en la morgue y lamentó que las condiciones en la cárcel no mejoren. Dijo que nada se ha reconstruido y que están haciendo un seguimiento al caso
Informes
Un compromiso para la paz
Los reclusos del pabellón A y B firmaron un acuerdo frente a Derechos Humanos, La Policía y la Gobernación, para que jamás se repitan los hechos violentos.
Devolvieron enseres retenidos
Tras la firma del acuerdo, los reos del pabellón B devolvieron enseres como televisores, parlantes y otros a los del A. Todo estaba retenido desde el día de la tragedia.
Quedan cinco cuerpos
En la morgue del hospital San Juan de Dios quedan dos cuerpos sin identificar. A estos restos se les hará un nuevo estudio de ADN. Hay otros tres cuerpos cuyos familiares no aparecen.
Entregan ataúdes ecológicos
La Gobernación, en coordinación con el consulado de Ecuador, entregó 10 ataúdes ecológicos para los familiares de los reclusos que murieron calcinados en la tragedia registrada el 23 de agosto en la cárcel de Palmasola.
Fuente: El Deber.