La falacia del egoísmo


Roger Mario López Justiniano*ROGERMARIO_thumbLa racionalidad económica, asociada insistentemente con el egoísmo o alguno de sus derivados –que supuestamente impulsarían al individuo a tomar decisiones- es tratada por el economista y premio Nobel, Gary S. Becker en su libro ‘Teoría Económica’ argumentando que, ‘definitivamente no es (racionalidad) que los individuos tienen que ser egoístas, o seres económicos que sólo les concierne su propio bienestar, ya que soslayaría fenómenos tan humanos como la caridad, el amor […]”.El profesor Becker, al expresar esta idea en su libro, es consciente de todas las tergiversaciones, falacias y algunos fracasos que se han producido en las sociedades y principalmente en su núcleo fundamental -la familia- al colocar el egoísmo como fuerza motriz del ser humano, además de la abrumadora pérdida de valores éticos –u omisiones en algunos casos- en nombre de nuestro propio bienestar.Como resultado de esta ‘confusión’ se han originado teorías e hipótesis sobre lo dañino y perjudicial que puede llegar a ser el mercado –institución donde se toman la mayor parte de las decisiones individuales- llegando a la conclusión, errónea además, de que es ‘necesario’ censurar, regular, arreglar o cualquier sinónimo que implique una intromisión en la libre transacción entre partes, con el fin de ‘protegernos’ de los males que éste podría producirnos. Esta visión tan miope y ajena a la realidad ha impedido en muchos países el desarrollo y progreso, privándolos además de una sustancial dosis de libertad a la hora de elegir entre distintos bienes. Una visión más objetiva es que el mercado no es la fuente del posible problema, sino los actores individuales que, lejos de ser cada uno un ángel incorruptible, estamos constantemente tentados a hacer el mal, por ende, el ‘peligro’ potencial no se da a la hora de negociar o pujar en el mercado, sino que se deriva de la falta de valores y juicios éticos propios de cada ser humano.Para culminar el argumento, Becker afirma que ‘una buena definición de racionalidad no puede excluir la caridad y el amor; y en verdad un modelo consistente de comportamiento familiar probablemente requiere de amor entre los miembros de una familia.’Es por esto, que si queremos llegar a ser una sociedad ‘de primer mundo’ y ‘civilizada’ el egoísmo no es el camino por el cual debemos dirigirnos, más bien debemos enfocarnos en aprender a discernir entre el bien y el mal, -sacrificando a veces nuestro inmediato interés- para que, a la hora de tomar decisiones, podamos medir correctamente los costos y los beneficios esperados de las mismas tomando en cuenta, para cada una, juicios éticos prácticos y objetivos que nos permitan hacer uso pleno de la racionalidad humana que nos caracteriza.*Estudiante de Economía