Europa ve “problemas de independencia y corrupción” en la Justicia de Bolivia


El jefe para las Américas de la UE, Christian Leffler, dijo que la justicia boliviana tiene problemas de independencia y de corrupción.

“La justicia tiene problemas de independencia y corrupción”

CHRISTIAN LEFFLER. Director ejecutivo para las Américas en el Servicio Europeo de Asuntos Exteriores.

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EL DEBER, La Paz

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El jefe para las Américas de la Unión Europea habló con EL DEBER. Afirma que el estudio de mercado de la coca no es una conclusión, sino solo un punto de partida. Asegura que la justicia boliviana tiene muchos problemas, entre los que también están el acceso y la retardación.

Pide un mate de coca antes de iniciar la entrevista. “Es la hora”, afirma. El periodista pregunta ¿la coca es buena?, ¿le gusta? y él responde: “El mate de coca me gusta. Los otros usos la verdad no los he probado”. Es un buen pie para iniciar la conversación con el director ejecutivo para las Américas en el Servicio Europeo de Asuntos Exteriores, Christian Leffler. El diplomático de 58 años, nació en Suecia y hace tres años que está a cargo de la relación entre la Unión Europea y el continente americano. 

La Unión Europea celebró la presentación del estudio de mercado de la coca, pero dejó claro que preocupa el uso criminal de la hoja, ¿es así?

El uso criminal es un tema mayor para el Gobierno boliviano y para nosotros también, porque implica la transformación de la coca en droga que se vende y provoca tráfico, crimen organizado, lavado de dinero, enfermedad en los consumidores en Europa, América Latina y Brasil, que es un consumidor mayor. En este país también hay consumo. Tenemos responsabilidad compartida, la diferencia es que, de parte de la Unión Europea, respetamos el uso tradicional, y ese es el sentido de ese paquete de estudios: clarificar los volúmenes necesarios para responder al consumo tradicional y cuáles son los otros cultivos que necesitan acciones por parte del Gobierno.  

¿Y este estudio clarifica la cantidad necesaria de coca?

Oiga, recibimos el estudio esta semana. Hay como 3.000 páginas por leer. Ahora no tenemos un análisis exacto. Felicitamos la publicación, es un primer paso muy importante, para fomentar un debate abierto dentro del país, y con otros socios como nosotros, la ONU y la OEA. Lo importante es usar el informe como plataforma de diálogo para profundizar los análisis compartidos y formular los programas de cooperación.

Pero la UE no lee el informe sin ningún contexto. Había una encuesta de 12.000 hogares que ustedes financiaron  con un resultado mucho menor a las 14.000 hectáreas, ¿no es cierto?

Ahora tenemos que estudiar el informe completo. Reconocemos que los informes preliminares cofinanciados por la Unión Europea eran incompletos. Respetamos la decisión de Bolivia de hacer estudios complementarios. El estudio fue de su propiedad. Pese a que se apeló a la transparencia del Gobierno boliviano, nunca se quiso informar el resultado de ese estudio preliminar.

A nosotros tampoco y es normal, porque esos estudios no se finalizaron, por lo tanto, no se publicaron.  ¿Eran 6.000 hectáreas?

Ni idea.

¿Ustedes creen que el Gobierno boliviano le da la importancia que requiere la lucha contra el narcotráfico?

Me parece que sí. El Gobierno boliviano debe buscar una manera de enfrentar los aspectos criminales de la cultura de la coca y producción de cocaína, respetando el uso tradicional. Hace muchos años nosotros trabajamos con los campesinos en el ámbito del desarrollo alternativo. No son equilibrios fáciles, pero tenemos una buena cooperación.

Se ve que la UE intenta reforzar áreas débiles en Bolivia, como el tema de la coca y la justicia, ¿qué puede decirnos al respecto?

Sí, la justicia forma parte de los derechos fundamentales de los seres humanos. Sin justicia el resto no sirve. Invertiremos con el Gobierno, que reconoce que hay debilidades y carencias del sistema actual. Hay una conciencia al respecto y la voluntad política. Tenemos los elementos para trabajar en conjunto. Nos reunimos esta semana, tuvimos una mesa redonda, con varios representantes de nuestros estados miembros, algunos otros socios como Suiza que trabaja también en este sector, y del lado boliviano representantes del Gobierno y de varias instituciones de justicia, del sistema penitenciario. El objetivo es iniciar la formulación de un concepto integrado con prioridades, enfoque, pero con una visión que debe ser global.

¿La falta de independencia será el principal problema de la justicia boliviana?

La justicia boliviana tiene problemas de independencia, acceso, corrupción y sobrepoblación en las cárceles, gente que nunca vio un juez y espera años de años para tener sentencia. Hay falta de capacidad, de recursos financieros y humanos, de formación. Todas esas dimensiones las analizaremos con las instituciones de justicia y con el Gobierno.

¿Cuál es la propuesta concreta de la ayuda?

Eso no lo puedo decir ahora. Estamos en la fase inicial de formulación de proyectos. Hay contactos y experiencias de otros países, incluso en reformas de sistemas de justicia en Europa. Sobre esa base, tenemos elementos que compartir, expertos que pueden trabajar en el tema.

¿La justicia y la coca excedentaria son debilidades de Bolivia?

No, el tema de la coca es un desafío mayor y lo están enfrentando. Trabajamos el desarrollo rural, a mediano y largo plazo esperamos lograr una situación en que los campesinos se integren más a la economía, global, formal y oficial del país, eso sería mejor para ellos.