La familia Camacho perdió a dos hermanas, Lilian y Gloria, y a una sobrina, Xotchil Goitia. RÚbén rodrÍguEZ
“El bus estaba en mal estado desde la terminal (de Cochabamba), por eso demoramos más de dos horas en salir”, relata entre sollozos María Téllez de Nogales. “Todo, todo, todo estaba mal, y Tránsito debe controlar en las salidas”, narra, con voz entrecortada, la anciana.
Los sollozos, los abrazos prolongados, la desesperanza y el desconsuelo se apoderaron de la pista de la Fuerza Aérea, tras la llegada de los nueve fallecidos y de las personas heridas en el accidente ocurrido la tarde del 27 de diciembre, a 70 kilómetros de Arica, en la carretera que une a Bolivia con Chile.
“Nosotros hemos salido a la una de la mañana de la Terminal, cuando todo estaba cerrado, porque ese bus iba con fallas, estaba en mal estado”, lamenta Carlos Nogales, marido de Téllez.
Los esposos son integrantes del club Gente Grande de la Cooperativa de Telecomunicaciones Cochabamba y era la segunda vez que participaban de un viaje organizado por la agencia Travel Núñez.
Elsa Peredo recuerda que la mayoría de los pasajeros del bus accidentado estaba durmiendo. Ella sintió que el conductor perdió el control de los frenos y se aferró al respaldo delantero. Fue cuestión de segundos. Cuando recuperó la conciencia, estaba enterrada en arena. Tuvo que escarbar para sacar la cabeza, respirar e incorporarse.
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Sus hijos y nietos no se desprenden de ella mientras cuenta lo sucedido. Al escuchar la narración de la madre y abuela, no pueden contener el llanto.
SOBREVIVIENTE Elsa Peredo lamenta la muerte de su mejor amiga, Bertha Mercado, con quien viajó para pasar Año Nuevo en Arica. Ella estaba dormida y se presume que salió expulsada por la ventana tras el impacto, muriendo instantáneamente. “He visto tanto dolor, pero Dios ha querido que yo no muera. Siento que nací nuevamente para mis hijos”, dice la sobreviviente.
El bus iba a gran velocidad en una zona de bajada y falló. “Cuando el chofer quiso frenar, no respondieron ni los frenos ni la caja de cambio”, cuenta la mujer. El vehículo dio dos vuelcos. Elsa Peredo asegura que, a un kilómetro del lugar del siniestro, la carretera se encontraba en medio de precipicios y presume que si el accidente sucedía allí, nadie iba a sobrevivir.
Las escenas más dolorosas las vivieron los parientes de los fallecidos. Los cajones azules y blancos eran abrazados por las hermanas, hijas e hijos. Cerca del hangar esperaban los carros fúnebres que a su turno trasladaban a los fallecidos.
Actualmente, seis personas se encuentran internadas en centros de salud de Arica, dos en muy delicado estado de salud, en terapia intensiva.
Esperan el informe oficial
El viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, dijo que, entre las hipótesis que explicarían el accidente, están las fallas mecánicas, el exceso de velocidad y la falta de pericia para maniobrar en una curva.
Pérez adelantó que hasta el jueves recibirán el informe oficial de las autoridades chilenas, con las que ya se reunió.
El comandante de la Policía boliviana, Walter Villarpando, informó que el conductor del vehículo se encuentra detenido en Arica y que la justicia chilena determinará su situación legal.
Entre los pasajeros heridos, sus familiares y los de los fallecidos, llegaron ayer 30 personas.
El Viceministro de Régimen Interior dijo que la empresa de viajes Travel Tour cuenta con seguro, tanto en Bolivia como en Chile.
Pérez confirmó las versiones de los pasajeros sobrevivientes y comentó que la mayoría de los pasajeros estaba dormitando, razón por la cual salieron “volando por las ventanas y murieron instantáneamente”.
Reconoció el apoyo del personal del Consulado de Bolivia en Arica.
Fuente: Opinión
