[vid url=http://cd1.eju.tv/videos4/E1401240703.mp4]
Aunque parezca increíble, un escándalo mediático sacudió las estructuras de un club modelo del primer mundo como el Barcelona, y puso en jaque a su presidente Sandro Rosell, quien se vio obligado a renunciar a su cargo. Lo que resulta mucho más impactante es que un socio -común y corriente- de la institución catalana haya sido el “responsable” de generar un cambio de timón en la dirigencia, tras hacer valer sus derechos como afiliado y motorizar una investigación por el pase del delantero brasileño Neymar, que tuvo consecuencias impensadas.
La decisión de Rosell llegó un día después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz admitió, a solicitud de la Fiscalía, una demanda presentada en su contra por presuntas irregularidades en el contrato del crack brasileño. Según el magistrado, la documentación aportada apunta a una “simulación contractual”, y aunque rechazó, por el momento, citar a declarar a Rosell, todo apunta a que lo hará, puesto que aprecia indicios de apropiación indebida.
La demanda fue presentada por el socio Jordi Cases, quien denunció que el club ocultaba a los socios el destino de 40 de los 57,1 millones de euros que el Bar‡a asegura que pagó por el jugador. Sin embargo, el diario español El Mundo publicó que el pase de Neymar fue el “más caro de la historia”, y que el club catalán ocultó las cifras verdaderas de lo que pagó por el delantero, quien habría costado al club 95 y no 57,1 millones.
En tanto, Sandro Rosell, luego de renunciar al cargo, denunció que él y su familia habían recibido “amenazas y ataques”, sostuvo que la contratación de Neymar, eje del conflicto que lo eyectó del sillón presidencial, fue “correcta”, y atribuyó la denuncia en su contra a “la desesperación y la envidia de algunos de nuestros adversarios”.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
El vicepresidente Josep Maria Bartomeu asumió en lugar de Rosell y encará una nueva etapa hasta 2016.
“Mi etapa terminó, mi renuncia es irrevocable”
Abruptamente terminó la etapa de Sandro Rosell al frente del Barcelona. Después de cuatro años exitosos y una larga lista de títulos, el escándalo por la transferencia de Neymar precipitó su salida. “Mi etapa ha terminado y presento mi dimisión de carácter irrevocable”, anunció ayer en conferencia de prensa, para nombrar inmediatamente después a Josep María Bartomeu como su sucesor hasta el final del mandato en 2016.
Después de la reunión, que se extendió por dos horas y media con la junta directiva, el ahora exmandatario catalán enfrentó las cámaras y, acompañado de su familia y sus compañeros de dirigencia, confirmó su salida del sillón presidencial luego de cuatro años al frente.
Visiblemente emocionado tras comunicar la noticia, Rosell encaró a la prensa y afirmó que “hace cuatro años en las elecciones a la presidencia en el 2010, miles de socios del Barcelona acudieron a las urnas para darnos un triunfo aplastante. El 61% de los votos otorgaron al equipo que yo lideraba dirigir los destinos del club”.
“No quiero que ataques injustos afecten negativamente la gestión y la imagen del club. Y es por eso que pienso que mi etapa ha terminado aquí”, señaló, para confirmar luego de una pausa que “he presentado a la junta directiva mi dimisión como presidente del Barcelona con carácter irrevocable”.
Una gestión casi sin fisuras
Cuando el 13 de junio de 2010 Sandro Rosell llegó al sillón presidencial del Barcelona comenzó a ejecutar una política de austeridad económica. La nueva dirigencia se encontró con una deuda de 431 millones de euros, que con el correr de los años llegó a reducir en 100 millones hasta el día de hoy. Además, bajo su mandato, el club cambió su política de no tener patrocinadores en su camiseta y logró un acuerdo millonario para comercializar la casaca. En lo futbolístico, llegó en el mejor momento del equipo de Pep Guardiola y todos sus logros. Desde que arribó, festejó dos ligas, una Champions, un Mundial de Clubes, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y tres supercopas españolas.
Cómo repercutirá en la relación con Messi
Sandro Rosell ya no es más el presidente del Barcelona y esto traerá consecuencias en el club catalán. Podrían ser millonarias, si se comprueban irregularidades en el caso Neymar. Pero además podría modificar la relación con su máxima estrella, Lionel Messi.
Con la noticia de la renuncia ya concretada, será momento de esperar la forma en que repercutirá en el plantel que dirige Gerardo Martino y sobre todo en la Pulga, quien podría verse beneficiado si cambian algunos nombres en la junta directiva después de las próximas elecciones en 2016. Porque puertas hacia adentro, el rosarino no tenía la mejor de las relaciones con el entorno más cercano a Rosell. Y aunque públicamente se lo viera al ahora expresidente como protector de su figura, no parece que se lo cuidara tanto como en la era de Joan Laporta.
Por cuestiones extradeportivas, Messi tuvo entredichos importantes y el más notorio y reciente fue con el vicepresidente económico del club, Javier Faus, quien hace algunas semanas aseguró que había “cero posibilidades de renovarle el contrato” al astro. “El Barcelona es el mejor club del mundo y debería ser dirigido por los mejores directivos del mundo”, respondió entonces el crack argentino.
Lo que pase en los dos años que restan sin Rosell es una verdera incógnita hasta para el pro pio Messi.
Fuente: Red Uno.