Mauricio Ochoa Urioste Inaceptable, y no otra cosa puede llamarse, la declaración del presidente boliviano cuando manifestó que no debería suprimirse el trabajo de niñas, niños y adolescentes porque esto significaría eliminar su conciencia social. Y es que tal como indica un documento elaborado por “El Otro Jardín” (proyecto del Programa Infancia de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco realizado con el apoyo de la OIT) el trabajo infantil (TI) daña, abusa y explota a la niñez y la priva de educación, salud y entretenimiento, es decir, del pleno goce de su infancia. Las consecuencias del TI se presentan en varios niveles: tanto en el ámbito económico, como en el moral y social, así como en daños físicos y psicológicos.En primer lugar, el TI interfiere con la escolarización, y en consecuencia, compromete la capacidad de infantil de obtener ingresos en el futuro, quedando así muchos de los infantes atrapados en la pobreza. La OIT ha estimado que los ingresos de una persona aumentan 11% al año por cada año adicional que permaneció en la escuela.El TI afecta la seguridad y la salud de los niños: existen una serie de factores sociales que contribuyen a aumentar el riesgo, tales como su falta de experiencia laboral e incapacidad para tomar decisiones fundamentadas. Además, los códigos de conducta que los niños y niñas no están preparados para asumir, los expone a presión, desvalorización, violencia y acoso. Los niños que trabajan pierden la posibilidad de ser niños, de aprender en la escuela y de jugar, ya que se ven obligados a tomar responsabilidades y actitudes de adultos. La falta de otros espacios de reconocimiento y las carencias gravísimas que sufren en el plano material, de salud y educación, los encierra en un círculo vicioso de trabajo y aislamiento social que se reproducirá en sus hijos y en sus nietos, y así sucesivamente.El TI también tiene un impacto de largo plazo en el crecimiento económico. Estudios realizados por la OIT sugieren que los beneficios de la acción concertada contra el TI compensan con creces sus costos: la economía global podría obtener una ganancia neta de 4.1 trillones de dólares en 20 años si se eliminara el TI.Como Estado miembro de la OIT, en 1997 Bolivia ratificó el Convenio 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y dispuso que sea de 14 años; esta decisión se encuentra plasmada en el Código Niño Niña y Adolescente, en concordancia con la Ley General del Trabajo. Asimismo, el año 2002, mediante Ley Nº 2428, ratificó el Convenio 182 sobre la prohibición de las peores formas de TI, y así se comprometió a adoptar las medidas necesarias para eliminarlas con carácter de urgencia.El debate parlamentario boliviano sobre el nuevo Código Niño, Niña, Adolescente, debería tomar en cuenta no solamente apreciaciones particulares o sectarias; sino el conjunto de la problemática política, social, económica, moral y humana que ella encierra. Asimismo, urge la necesidad que el Defensor del Pueblo, la APDHB, las iglesias – en definitiva, la sociedad en su conjunto – se pronuncien sobre este delicado tema puesto que de lo que aquí se trata es de preservar o no la integridad y la dignidad humana.