Una adolescente de 15 años pidió permiso en su casa para salir a un parque cercano, acompañada de dos de sus vecinos, al finalizar la tarde del lunes 6 de enero.
La madre le otorgó permiso, confiada, porque iba con dos personas conocidas en el barrio en el que habitan, en la zona de Pacata Alta.
La menor volvió a su hogar casi tres horas después, con el rostro desencajado. Su madre se fijó en que sus pantalones jeans estaban manchados y pensó que había sufrido un accidente, pero la adolescente le contó llorando que sus dos vecinos, de 17 y 19 años, le llevaron al parque donde conversaron y jugaron un poco. Después, volvieron caminando y al llegar al frontis de la casa de uno de ellos, insistieron mucho en invitarle una gaseosa antes de que retornara a su hogar.
La menor bebió el refresco y, según su versión, sintió casi de inmediato, mucha debilidad en el cuerpo. Ni siquiera lograba hablar.
Sus vecinos la sostuvieron y le metieron en la casa, hasta una habitación donde había una cama. Allí, ambos la violaron sin que ella pudiera defenderse o gritar para pedir auxilio, recordó.
El vocero de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, teniente Marcelo Gutiérrez, informó que la víctima fue examinada por un forense que corroboró el vejamen y tomó muestras de sangre para averiguar qué tipo de fármaco utilizaron para doparla. Los acusados fueron aprehendidos por agentes y esperan su audiencia.
Fuente: Opinión
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