Combates en Irak reflotan el fantasma de la fragmentación en el país


El resentimiento sunita y el fuerte centralismo del gobierno chiita han gatillado la violencia sectaria.

Civiles armados celebran ayer con el puño en alto en una calle de Ramadi. 

“Expulsen a los terroristas” para evitar una intervención militar. Tal fue el llamado que les hizo ayer el primer ministro de Irak a los habitantes de la ciudad de Faluja, escenario desde la semana pasada de combates entre grupos armados sunitas -en su mayoría vinculados a Al Qaeda- y las fuerzas de seguridad iraquíes. Enfrentamientos similares también tienen lugar en barrios de Ramadi, ubicada a 100 kilómetros al oeste de Bagdad. A consecuencia de estos combates, un gran número de desplazados provenientes de Faluja ha llegado hasta la capital del país.

Analistas concuerdan que estos enfrentamientos son un capítulo más de la escalada de violencia sectaria que se viene gestando hace años en el país, pero que en el último tiempo se ha visto reforzada por la marginalidad política y la represión que dice experimentar la minoría sunita como resultado de las políticas del gobierno del primer ministro Nuri al Maliki, de la mayoría chiita.



Según Naciones Unidas, los enfrentamientos confesionales y los atentados dejaron en 2013 8.868 muertos, de los cuales 7.818 eran civiles.

Lo cierto es que los sunitas dominaron el país desde su creación -tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918)- hasta la caída del régimen de Saddam Hussein, en 2003. Las fronteras de Irak (que se independizó en 1932) fueron trazadas artificialmente y en el papel por Francia y Reino Unido cuando se dividieron Asia Occidental en 1916.

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“El país se encuentra en una encrucijada: reconciliación como un Estado democrático o explosión en un caos total y en la guerra civil, que conduciría a la división del país”, dijo a la agencia France Presse Ihsan al Shamari, catedrático de Ciencias Sociales de la Universidad de Bagdad. Tres grandes grupos forman el país: los musulmanes chiítas, que son mayoritarios, los sunitas, que representan un quinto de la población y los kurdos (17%), que hoy gozan de autonomía y controlan el noreste de Irak, la zona más próspera del país. Los tres han mantenido una difícil convivencia en los más de 80 años de historia independiente del país.

Actualmente, la mayor tensión se produce en el oeste de Irak, donde el descontento sunita -producto de la pérdida de influencia en el poder central, tras la caída de Hussein- ha sido capitalizado, en parte, por los militantes del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL, ligado a Al Qaeda), que había perdido influencia años después de la invasión estadounidense en 2003. El EIIL -que intentó establecer un califato islámico en las regiones sunitas iraquíes (ver infografía)- ha repuntado gracias a la guerra civil en Siria, donde es uno de los principales actores que luchan contra las tropas de Basher Assad, de la minoría alauita (una rama del chiismo).

Según el diario The New York Times, pese a que algunos grupos tribales tienen poca simpatía por Al Qaeda y su idea de crear un Estado sunita, también se han levantado en armas contra Al Maliki. “Las células más activas e importantes de Al Qaeda están cerca de Bagdad, y esto se debe a un mal cálculo del gobierno, que está arrastrando a Irak hacia lo desconocido”, dijo a AFP Isam al Faili, de la Universidad Mustansiriya (Bagdad).

Marina Ottaway, experta del Woodrow Wilson Center, identifica como componente de la tensión iraquí: el fuerte centralismo de Bagdad, que sobrepasando a los gobiernos locales toma las decisiones finales y maneja el presupuesto.

En Siria no sólo se registran enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas del Presidente Basher Assad. Entre los grupos insurgentes hay a diario combates entre los moderados y seculares, y los milicianos islamistas ligados a Al Qaeda, que intentan imponer la sharia (ley islámica) en los territorios sirios que va conquistando.

En ese marco, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (con sede en Londres) informó ayer que los rebeldes islamistas moderados conquistaron ayer los cuarteles generales del grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL, ligado a Al Qaeda), en Rakka (región fronteriza con Irak). Otras bases del EIIL, ubicadas en las cercanías de la frontera con Turquía, también fueron capturadas, según consignó la agencia alemana Dpa. Los choques entre esas facciones comenzaron el viernes en Alepo e Idlib.

Fuente: La Tercera