Mientras el gobierno de Evo Morales impulsa el Rally Dakar en territorio boliviano como una más de sus tácticas de propaganda pre-electoral, un conflicto creado por el mismo Ejecutivo amenaza con entorpecer la justa deportiva.
Es la primera paradoja del seudo-indigenismo, ya que la intervención policial en la sede de la principal organización indígena del occidente del país, el CONAMAQ, podría derivar en protestas y bloqueos en la ruta del Rally.
La segunda paradoja del seudo-indigenismo es que, al tiempo que se asume un discurso “descolonizador” (que sirve ante todo para desmontar la institucionalidad republicana), se apoya desde el gobierno con bombos y platillos una actividad que tiene sus orígenes históricos en la colonización francesa del África.
Son elementos de juicio que reafirman que el indigenismo solo ha tenido un papel instrumental para el evismo, cuya naturaleza real es la de ser un régimen cocalero, creado para sustentar los intereses de la lumpen-burguesía del Chapare, en gran medida ligada estructuralmente al narcotráfico.
La intervención del gobierno al CONAMAQ se suma a otras maniobras similares realizadas anteriormente contra la organización indígena del oriente boliviano, la CIDOB, lo que confirma la ruptura del alineamiento “originario” con el Movimiento Al Socialismo, luego de un proceso de alejamiento que tuvo su hito principal en la crisis del TIPNIS.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Con esta caída de las máscaras seudo-indigenistas del régimen, cabe preguntarse qué incidencia electoral tendrá el fenómeno sobre el caudal de votación del oficialismo en varias zonas del país…