Los soldados debieron concluir con el servicio militar el día antes del desastre
El cuerpo del soldado Olsen Ayala fue enviado ayer a Oruro en un helicóptero de las Fuerzas Armadas. Foto: Rodrigo Urzagasti
ROBERTO NAVIA – RURRENABAQUE
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En esta historia gris hay elementos que hacen que algunos familiares crean que la muerte ya estaba fijada para las 10 personas que perdieron la vida el sábado 25, cuando quedaron envueltas en una mazamorra espesa que bajó a tropel de un cerro al que los pobladores de Rurrenabaque llaman cariñosamente El Cerrito.
De todos los fallecidos ni uno vivía en las casas que se desplomaron antes del mediodía y que fueron construidas en terrenos con pendientes, en plena falda del cerro que está a solo siete cuadras de la plaza del pueblo. Todos llegaron al lugar ante el pedido de socorro a través de teléfonos celulares o de vecinos que, al darse cuenta de que la lluvia que empezó a caer desde la mañana enfureció a El Cerrito, desesperados buscaron la forma de salvar sus pertenencias porque percibieron que una especie de alud llegaría el rato menos pensado.
Los soldados
Y la historia de los cuatro soldados es para no creer. Por eso hasta ahora los familiares de Olsen Roy Ayala Hurtado (18) uno de los militares muertos, dicen que por más que hagan un esfuerzo, no lo creen, porque para el sábado, el día de su muerte, estaba preparada una fiesta en su natal Ixiamas, a donde Olsen iba a llegar con su libreta de cuartel en la mano.
Pero cambiaron los planes porque el acto de licenciamiento que tenía que haberse llevado a cabo el viernes, un día antes del desastre, se postergó para los primeros días de febrero. Por eso, los conscriptos que debían estar libres el sábado, permanecieron en el cuartel y cuando llegó la noticia de que en El Cerrito había que socorrer a vecinos, salieron sabiendo que esa iba a ser la última misión como soldados, pero no de sus vidas.
“Olsen estaba contento porque iba a salir del cuartel para entrar a la universidad a estudiar Veterinaria; quería hacerse cargo de la salud de las vacas de la familia”, relató Rosmeri Ayala, la hermana que ayer llegó hasta la Naval para acompañar el cuerpo sin vida, metido en un ataúd blanco, que fue velado en el comedor del cuartel y después llevado hasta Ixiamas en un helicóptero militar.
“Allá lo estábamos esperando con carne para hacer una parrillada para celebrar el licenciamiento”, lamentó su tío Hipólito.
Gastón Checo (18) estaba preocupado en conseguir dinero para comprar un forro para cubrir su libreta militar que tenían que haberle entregado el viernes, en caso de que no se hubiera postergado el licenciamiento. Abelina Checo Colque, su tía, cuenta que habló con él el viernes y así le hizo saber esa preocupación.
Pero ayer los restos de Gastón estaban en una cajón y antes del mediodía fue llevado a Potosí, donde nació y vive su familia.
Wálter Vicente Guayao Mano (22) aguardaba el día en que le entreguen su libreta de servicio militar para después ir a trabajar en la zafra de castaña, porque quería comprarse una moto, cuenta su madrina Reina Aguirre
En la jornada
Encuentran último cuerpo
Ayer, antes del mediodía, fue encontrado el cuarto marino y el décimo cuerpo sin vida. El cadáver fue llevado a la Naval y después al cementerio donde se le dio cristiana sepultura.
Tragedia familiar
Gregorio Cartagena perdió en menos de una hora a tres hijos, dos nietos y a una nuera. Todos ellos habían acudido a su casa de El Cerrito para ayudarlo a salvar sus pocos bienes.
Solo quedan rastros
En el barrio El Cerrito solo existen montículos de barro y las huellas de los rescatistas que muestran que en esa zona existió vida humana.
CIFRAS
10
Personas murieron
El sábado 25 por el deslizamiento de tierras que se produjo en el barrio El Cerrito, de Rurrenabaque, en Beni.
Fuente: El Deber.
