“Usted no va a poder curarle, mi hija ha perdido su ánima, el demonio se ha entrado y se está comiendo su carita, me la llevo al curandero”, le dijo rotunda, una mujer del Norte Potosí al médico Óscar Romero, quien le explicó que la criatura necesitaba cirugías reconstructivas y antibióticos para no morir.
La bebé de siete meses llegó al hospital Manuel Ascencio Villarroel en estado crítico. Los galenos creen que sufrió la picadura de algún insecto en su tierra natal y que debido a la falta de higiene y de acceso a postas de salud, la herida se infectó. “La mala nutrición y el poco aseo causan que las heridas se infecten con mucha facilidad en el campo, en esta niña la infección avanzó hasta que la piel se le murió, se le necrosó”, detalló el médico.
La bebé perdió todo el pómulo y la infección se propagó al cuello. “Cuando vieron que la niña estaba grave la trajeron al hospital. Llegó con un cuadro séptico, pues la infección se diseminó”, amplió. Los médicos tuvieron que extraerle el tejido muerto y la pequeña quedó sin pómulo y sin parte del cuello. Los padres querían llevársela porque pensaban que un demonio había entrado a su cuerpo robándole el alma. “Yo no lo permití y tuve que advertirles con llamar a la Policía porque estaban tercos, al final les dije que traigan a su curandero acá y lo trajeron”, relató Romero, quien explicó que la niña iba a morir si se la llevaban. Aún le faltan varias cirugías para reconstruir su carita.
Fuente: Opinión
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