Ortega de Nicaragua logra la relección indefinida; ven similar objetivo en Bolivia, Venezuela y Ecuador


Daniel Ortega está habilitado para buscar un tercer mandato hasta 2016. El oficialismo nicaragüense controla ahora los cuatro poderes.

Ortega logra la habilitación para la relección indefinida

EL OFICIALISMO CONTROLA LOS CUATRO PODERES, LA POLICÍA Y LAS FUERZAS ARMADAS.

La mayoría sandinista que controla la Asamblea Nacional, aprobó la reforma constitucional que le abre la posibilidad de un tercer mandato en 2016. La oposición denuncia la concentración de poder



image Daniel Ortega irá por otra relección pese al rechazo de la oposición, que es minoritaria en la Asamblea.

EL DEBER y AGENCIAS

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La mayoría sandinista en la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó ayer en definitiva una reforma a la Constitución que otorga más poder al presidente del país, Daniel Ortega, y lo habilita para presentarse indefinidamente a la relección.

La reforma, que quedará vigente una vez que sea sancionada por el Poder Ejecutivo y publicada, le abre al presidente Ortega la posibilidad de buscar un tercer mandato consecutivo en 2016.

La reforma en Nicaragua fue aprobada con 64 votos en favor, 25 en contra y ninguna abstención, precisó ante el pleno el titular del Congreso, el sandinista René Núñez.

La modificación constitucional establece la relección presidencial indefinida, la posibilidad de elegir al presidente en primera vuelta y con mayoría simple de votos, y faculta al jefe del Estado a emitir decretos ejecutivos con fuerza de ley, entre otros.

Aplanadora oficialista

Los diputados de la opositora Bancada Partido Liberal Independiente (Bapli) se retiraron del hemiciclo una vez fue aprobado el proyecto en lo general, por lo que en lo particular, o sea artículo por artículo, solo tuvo votos a favor del sandinismo y sus aliados.

La reforma, aprobada en primera legislatura el 10 de diciembre pasado por la mayoría sandinista, volvió a contar ayer con el respaldo del diputado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) Wilfredo Navarro.

"Esta reforma constitucional profundiza la democracia, la participación de la familia, de la comunidad en el quehacer político que algunos se dicen demócratas", señaló en el pleno el jefe del grupo parlamentario sandinista, Edwin Castro.

Criticó a los sectores que se oponen a esas reformas y que, según el diputado oficialista, hacen llamados a una "rebelión armada". El debate de la reforma inició con el rechazo de la oposición y del Episcopado, que denuncian el cariz autoritario de la misma.

La opositora Bapli se opuso con sus votos a ese proyecto bajo el argumento de que la misma da más poder a Ortega sin que ello se traduzca en algún beneficio para los nicaragüenses, según dijo una de sus legisladoras, María Eugenia Sequeira.

"No necesitamos un Somoza, perdón, un Ortega "forever" (para siempre)", en alusión a la dinastía que sojuzgó el país centroamericano por 40 años, indicó en el pleno el subjefe de ese grupo parlamentario opositor, Alberto Lacayo.

Más poderes

La reforma contempla no solo otorgar más poderes a Ortega sino también mayores facultades al Ejército de Nicaragua.

Ortega, de 68 años, fue relegido en 2011 para su tercer mandato y segundo consecutivo con un 62,45% de los votos tras una cuestionada candidatura y una jornada plagada de denuncias de irregularidades.

Es considerado por distintos sectores nacionales como el presidente con más poder desde el dictador Anastasio Somoza Debayle, debido a que su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), domina los cuatro poderes del Estado, así como la mayoría de gobiernos municipales, la Policía Nacional y el Ejército.

La decisión del sandinismo tiene efectos en la región, en particular, entre los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), donde otros mandatarios apuntan a nuevos mandatos vía reforma constitucional

ANÁLISIS

El autoritarismo se abre campo en la región

Gustavo Pedraza – Analista Político

La relección indefinida en Nicaragua era previsible teniendo en cuenta las acciones del sandinismo y de Daniel Ortega en los últimos años donde hay un avance sobre el control de todos los órganos de poder y casi todas las instituciones públicas.

Si bien Nicaragua es un país pequeño y tremendamente débil, es preocupante este manejo autoritario del poder, una tendencia que se está replicando en la región de forma alarmante. Estamos ante Gobiernos democráticos, pero que concentran tal cantidad de poder que no dejan lugar para la disidencia y la alternancia en el ejercicio de la cuestión pública.

Los casos de Bolivia, Venezuela y Ecuador son los más alarmantes en este sentido.

No son democracias ficticias, como dicen algunos analistas, pero sí países donde, paradójicamente, se ejerce el poder democrático de forma autoritaria.