“Sólo pensaba en salir viva de ahí para estar con mis 3 hijas”


Lo dijo una de las embarazadas heridas. Sus chicas tienen 20, 18 y 15 años. Espera un varón.Relacionado> Pánico, tiros y muerte en la cola de un banco en MorenoTras el susto. Mónica (35), una de las tres embarazadas heridas./CAPTURA TVMónica Mantasola (35) salió antes de las nueve de la mañana hacia el banco como todos los meses, para cobrar la asignación universal para embarazadas. Pero nunca pensó que ese trámite sencillo iba a derivar en un tiroteo infernal del que ella se salvó de milagro.“Doy gracias a Dios que sigo estando viva ”, le dijo anoche a Clarín la mujer, ya más tranquila después del momento de terror que tuvo que atravesar.La víctima es madre de tres hijas: tienen 20, 18 y 15 años. Ahora espera a su primer varón, Jeremías.Está embarazada de cinco meses y trabaja como empleada doméstica. Su esposo también es empleado.“Sólo pensaba en salir viva de ahí para estar con mis tres hijas. Pensé que no iba a contar el cuento porque quedé en el medio del fuego cruzado entre los ladrones y los custodios del blindado”, manifestó.Mónica terminó herida con un impacto de bala en el pie derecho, aunque en principio el disparo no le produjo lesiones óseas. “Me pusieron una bota ortopédica por un mes. También me corté con un vidrio en la rodilla izquierda cuando un empleado de seguridad del banco me empujó para protegerme mientras me gritaba: “¡Cuidado!”, sostuvo.“En ese momento sólo pensaba en mis hijas y en mi bebé ”, añadió la embarazada.Mónica abandonó ayer a la tarde el hospital provincial Mariano y Luciano de la Vega, en Moreno, angustiada hasta las lágrimas y asistida por dos personas para caminar.“Fue un infierno”, describió sobre la secuencia del asalto fallido. “Estaba en la fila del cajero esperando para entrar al banco. Fui sola, como siempre hago. Cuando los empleados empezaron a bajar el dinero, empezó el tiroteo.Las balas venían de todos lados. Nadie dijo nada, sólo empezaron los disparos”, indicó.Una vez que todo terminó, Mónica fue trasladada al hospital, donde permaneció toda la mañana hasta que recibió el alta médica y pudo irse a su casa por la tarde. “¿Mamá, qué te pasó. Estás bien?”, le preguntó sobresaltada una de las chicas, aunque enseguida recobró la calma cuando constató que la mujer estaba bien y que el susto ya había pasado.Respecto de los asaltantes, admitió que no pudo identificar a ninguno porque todo fue muy rápido. “No vi a los delincuentes, me tiré al piso y no vi nada”, explicó.Informe: José Romero / Maestría Clarín Fuente: clarin.com