Vargas Llosa en el “Estado Plurinacional”


MARIO El Nobel de Literatura que tanto preocupa al Palacio Quemado -al punto de producir una ofensiva mediática en su contra por parte de ministros, vicepresidente y presidente- llegará al país en pleno festejo por el “Estado Plurinacional”, el artificio institucional con que el proyecto neo-populista intenta sustituir a la República de Bolivia.

Seguramente, lo que tiene en zozobra a Evo Morales y su entorno son anteriores críticas de Vargas Llosa hacia los “populismos payasos” y los “delirios mesiánicos”, sayos que el régimen se habrá puesto por razones obvias.

Es bastante probable que en sus disertaciones de Santa Cruz el escritor no haga alusiones directas, pero sin duda habrá muchos tiros por elevación que romperán más de una ventana moral en el Palacio.



Uno de los giros discursivos del gobierno, aplicado por el vice García Linera y repetido por serviles “intelectuales progresistas”, intenta disociar el mérito literario de Vargas Llosa de sus concepciones políticas.

Falacia que no pasa el menor examen, si tenemos en cuenta que buena parte de la obra del escritor peruano está centrada en la crítica del autoritarismo, desde los abusos en la instrucción militar retratados en su novela inicial, La ciudad y los perros, hasta la minuciosa reconstrucción de la dictadura trujillista en La fiesta del Chivo.

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Una concepción absolutamente coherente que lo ha llevado a cuestionar a los regímenes autoritarios sin importar su alineamiento ideológico, desde la dictadura de Pinochet hasta la tiranía cubana.

Actitud que contrasta de manera radical con la de quienes parecen creer que las dictaduras son buenas si adhieren al lado izquierdo del espectro político…

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