El militante, una especie en vías de extinción


chequecito Si el militante político no ha desaparecido por completo, es por lo menos una especie en vías de extinción.

Lo cierto es que aquel ‘cuadro’ con formación ideológica que era usual encontrar tiempo atrás, hoy en día ha sido sustituido por el colaborador ocasional, muchas veces pre o postpago.

Y es que las ideas, sean liberales, socialistas, conservadoras o comunistas, han ido dejando paso a un crudo pragmatismo alimentado por las prebendas manejadas desde las cúpulas partidarias.



En el Movimiento Al Socialismo, está claro que junto a grupos minoritarios todavía encandilados por la retórica izquierdista, existe una gran mayoría de adeptos en realidad atraídos por la posibilidad de obtener ventajas económicas de algún tipo, ante una jefatura que busca encarnar al Estado-Providencia, dispensador de bienes y favores.

Por el lado de la oposición, las agrupaciones ciudadanas temporales formadas al calor de cada elección no facilitan la organicidad ni la mística necesarias para incubar militancia.

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Tal vez una hoja de ruta posible para la recuperación del concepto y la práctica de la militancia pudiera ser impulsada por la lucha de ideas, que tendría que volver a ser puesta en el centro de la escena política, como reclamaba días atrás Mario Vargas Llosa durante su visita a Santa Cruz…

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