El síndrome del miembro fantasma se da cuando las personas a las que se les ha amputado alguna parte del cuerpo siguen sintiéndola, lo que normalmente se traduce en experiencias dolorosas (parece que el ejercicio ayuda a paliarlas).
Este fenómeno le ocurre al 80% de los afectados. También se manifiesta con la impresión de que la extremidad permanece unida al cuerpo y funcionando de forma normal, por lo que se pueden percibir desde sensaciones placenteras hasta picores.
Los expertos descartan un origen psicológico de la dolencia y discrepan sobre su persistencia: algunas personas la sufren poco tiempo tras el trauma o la cirugía; en otras disminuyen los síntomas y muchas necesitan tratamiento y terapia. Las causas del fenómeno permanecen en discusión, pero las últimas investigaciones sitúan su origen en el cerebro, donde las áreas conectadas neurológicamente a los nervios de la zona del miembro amputado generarían las sensaciones coherentes con los estímulos que ya no reciben.
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Además, las regiones adyacentes de los sesos invadirían esas áreas ya sin función y provocarían que estas identificaran sensaciones de otras partes del cuerpo con las del miembro ausente. En el síndrome del miembro fantasma también cuentan el daño de los nervios antes unidos a la extremidad perdida, las cicatrices quirúrgicas y la memoria física del dolor previo a la amputación.
Fuente: muyinteresante.es