UN PROBLEMA COMÚN EN LOS COLEGIOS DE BOLIVIA. Los casos más comunes son el ‘bullying’, las peleas entre compañeros, el consumo de bebidas alcohólicas y las faltas hacia los profesores. La mayoría de los conflictos son tratados internamente
La intimidación y la agresión física deben ser sancionadas con la expulsión, según la normativa. Foto: Fuad Landívar.
EL DEBER, Santa Cruz, Bolivia
La indisciplina de los estudiantes que antes se sancionaba con un castigo o simplemente con una llamada a los papás para que tomen cartas en el asunto, es ahora para los profesores un problema difícil de resolver, puesto que deben velar que las sanciones no violen los derechos de los niños y adolescentes ni estén al margen de ley. La indisciplina escolar es un conflicto común en los centros educativos cruceños, que en algunos casos se ven obligados a recurrir a instancias superiores ante la imposibilidad de resolverlos internamente.
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En lo que va del año, la Dirección Departamental de Educación (DDE) y las direcciones distritales han tenido que intervenir en unos 20 casos relacionados con indisciplina escolar. El caso más reciente ocurrió en el Eagles’ School, donde cinco alumnos acusados de agredir a un ciudadano brasileño fuera del colegio, en horario de clase y vistiendo el uniforme del establecimiento, fueron suspendidos por la DDE mientras se analiza su situación.
El ‘bullying’, las peleas entre compañeros, el consumo de bebidas alcohólicas y las faltas hacia los profesores son los casos de indisciplina más comunes en los colegios, según la DDE.
Situaciones comunes
Pero, ¿cuándo se considera indisciplina escolar? La directora distrital Albina Abasto aclara que esta situación se da cuando un estudiante actúa al margen del reglamento escolar, en el que están establecidas las normas del colegio, además de las faltas leves y graves.
Abasto aclara que solo cuando los estudiantes incurren en faltas graves, como peleas dentro del colegio, el consumo y venta de bebidas alcohólicas y drogas en la escuela, y la agresión a los profesores son sancionados con expulsión inmediata del centro.
En el caso de faltas leves, reciben llamadas de atención y se convoca al padre de familia para que ayude a corregir el problema. Si reincide por tercera vez, el consejo de profesores analiza si amerita una suspensión.
Abasto agrega que situaciones como estas deben ser resueltas practicando la equidad y la justicia y, en este marco, el director debe hacer constar que no existen ganadores ni perdedores.
En algunos colegios, como el Boris Banzer, los alumnos que incurren en actos de indisciplina firman actas de compromiso para mejorar sus conductas, lo que, según la directora, Julieta Huana, ha dado buenos resultados. El director del colegio Bertha Cuéllar, Germán Cuti, indica que los pocos casos que han tenido los han resuelto convocando a los padres de familia.
Otros profesores que pidieron no ser identificados admiten que cada vez es más difícil imponer la disciplina. Una maestra contó que en su colegio un alumno fue suspendido por llevar marihuana, pero ante el reclamo del padre fue readmitido. Otro docente contó que no supieron qué hacer cuando un niño le gritó a su maestra que en lugar de corregirlo debería vigilar a su esposo, que le estaba siendo infiel. Los maestros piden más apoyo de los papás
Resolución oo1/2014 del Ministerio de Educación
Expulsión del alumno
En el marco del respeto a los derechos humanos está prohibida la expulsión de estudiantes de las unidades educativas fiscales, de convenio y privadas, salvo en los casos en los que exista pruebas suficientes de culpabilidad, como ser: robo, hurto, agresión física y/o sexual, compraventa y/o consumo y/o tenencia de bebidas alcohólicas, estupefacientes, sustancias controladas y armas, así como prácticas o conductas racistas, discriminatorias y de acoso escolar. Siendo, además, la responsabilidad de madres, padres de familia o apoderados.
Otras causas
Asimismo, serán causales de expulsión las intenciones comprobadas o confesas de acciones o actitudes violentas contra cualquier persona al interior de la unidad educativa.
Informe
Las direcciones de unidades educativas deberán remitir los antecedentes a instancias competentes cuando se trate de actos de violencia, racismo, discriminación, delitos o infracciones fuera del ámbito de la reglamentación interna, sentando la denuncia respectiva del proceso disciplinario interno, cuando corresponda, debiendo ser remitidos todos estos documentos junto a un informe técnico a la dirección distrital.
Reglamento interno
Estas u otras sanciones deben estar incluidas en el reglamento del colegio, que norma la conducta de los estudiantes.
El colegio aprueba el reglamento y las sanciones junto con los padres
Gustavo Salvatierra – Pdte. Asociación de Colegios Privados
El padre tiene conocimiento del reglamento interno del colegio porque está establecido en el contrato que firma a la hora de inscribir a su hijo o hija. Si bien es cierto que las normas internas no sobrepasan a las emitidas por el Ministerio de Educación, nos sirven de base para aplicar algunas sanciones, porque si dejamos que la indisciplina avance, que se incumpla la norma o que el colegio pierda autoridad, -siempre que no vulneren los derechos de los niños-, la convivencia educativa se tornaría un caos.
El reglamento interno y las sanciones lo aprueban cada colegio en consenso con los padres de familia. La educación parte del hogar y si el padre no puede corregir y educar a su hijo, tampoco debe pretender que el colegio ocupe su lugar. Eso es parte de la educación fundamental; el colegio es colaborador de esa educación para que se vaya perfeccionando.
La labor del maestro no está circunscrita solo a la clase, pues también inculca principios y valores. El maestro debe preocuparse también por la situación familiar en que se encuentra su alumno, y para ello debe tener la sagacidad de detectar la situación y comunicar a los padres de familia
Padres deben ser primeros en enseñar buena conducta
Muchos papás creen que educar y disciplinar a sus hijos solo es obligación de los maestros. Dos sicopedagogos coinciden en que si se habla de responsabilidad de un patrón de disciplina, son los papás quienes deben inculcarla en el hogar.
EL DEBER, Santa Cruz
El presidente de la Asociación de Colegios Privados, Gustavo Salvatierra, muestra las normas que rigen la conducta del estudiante en el colegio. Foto: FUAD LANDÍVAR
Tendencia a la agresividad física y sicológica, insultos y críticas a los profesores, golpes con el lápiz, arrojar una silla al compañero, asistir a clases ebrio o agruparse para delinquir, son algunos problemas de conducta estudiantil con los que muchos profesores tienen que aprender a lidiar y resolver.
Para la sicopedagoga Madelen Olmos, el problema parte desde el concepto erróneo que se tiene de la educación, pues la gente cree que esta solo se la debe impartir en el colegio, ignorando que el colegio está para transmitir conocimientos, enseñar e instruir, y que la educación básica se la debe desarrollar en el hogar.
“La educación básica, que contempla respetar el espacio del otro, empatía, habilidades sociales, solucionar los problemas hablando y escuchar lo que el otro diga se aprenden en el hogar, es tarea exclusiva de los padres. Para eso, los papás tenemos siete años antes de que el niño empiece la etapa escolar”, recuerda Olmos.
Asimismo, recuerda que la comunidad educativa está conformada por profesores, administrativos, estudiantes y padres de familia; todos están relacionados desde el momento en que el estudiante asiste a clases y un poco más allá, por la complejidad de la relación.
Sebastián Bedregal, sicopedagogo, coincide con su colega al señalar que si se quiere establecer un patrón de responsabilidades respecto a lo que es disciplina, la tarea recae sobre la familia. “El acceso a comprender las normas sociales y a establecer los patrones de adaptación social se lo adquieren en una etapa muy importante que el niño pasa con los padres”, precisó.
Dice que el colegio tiene como misión dar conocimiento, establecer un reglamento interno o un patrón de conducta para los alumnos. En tal sentido, el maestro debe hacer un seguimiento de la conducta que trae el alumno de la casa y tomar medidas en caso de conflicto.
Expulsión previo proceso
Para Bedregal, la expulsión de un estudiante del colegio debe ser la culminación de un proceso documentado y socializado con los papás. El problema es malentender ese proceso, por lo que el prontuario del estudiante debe ser avisado a tiempo a los padres, caso contrario generará una negación. Los reglamentos escolares, que toman como base las normas emitidas por el Ministerio de Educación, establecen retiros directos del alumno en casos de robo, consumo y venta de droga en el colegio, agresión física, etc.