Evo Morales volvió a referirse ayer al “exceso” de la subvención a los carburantes, indicando que “hace daño a la economía nacional”, lo que puede interpretarse como un nuevo aviso de que dicho subsidio será eliminado o al menos recortado por su administración.
Por supuesto, en un año electoral un anuncio claro en ese sentido tendría nefastas repercusiones sobre la intención de voto del mandatario cocalero, por lo cual Morales se limita a lanzar afirmaciones sibilinas, tal vez en una salida de guión no prevista por sus asesores de campaña.
Lo más probable es que la revisión del subsidio esté en la agenda del Movimiento Al Socialismo para un tercer periodo de gobierno, quizás en el mismo 2015, para implementar la medida aprovechando el impacto de la eventual re-reelección.
Evidentemente, la subvención tiene que ser eliminada tarde o temprano, no solo por su creciente costo para el erario público sino también por ser una distorsión estatista de la economía boliviana.
Pero la alternativa al subsidio pasa precisamente por un nuevo marco normativo para el sector hidrocarburos, más flexible hacia la iniciativa privada, de modo de estimular la producción de diesel para el mercado interno.
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Habrá que reclamarle a Morales transparencia en este asunto, para que no haya sorpresas el 2015 si es que logra su objetivo de reproducirse en el poder…