Velan al capitán Mirko Elorza; su cuerpo llegó ayer


Santa Cruz. Hoy, a las 10:00, sus restos serán llevados hasta el cementerio Memorial Park. Dos de sus hijos son pilotos.

imageSus familiares, amigos y colegas de trabajo recibieron los restos del hombre que debía celebrar sus bodas de oro volando el siguiente año



El cuerpo del capitán Mirko Elorza, que murió cuando su nave se precipitó a tierra a 55 kilómetros de Trinidad, llegó ayer poco después del mediodía al aeropuerto El Trompillo, terminal aérea que lo vio despegar la mañana del jueves en una avioneta Beechcraft Baron 58, con matrícula 2544, rumbo a Riberalta. 

Los familiares, los amigos y los compañeros de trabajo recibieron los restos de Elorza, en medio de profundas muestras de dolor y velaron por algunas horas el cadáver del capitán en las oficinas de Elorza Servicios Aéreos, empresa de la que el fallecido era el gerente.

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Luego sus restos fueron llevados hasta el salón velatorio Las Misiones, ubicado sobre el segundo anillo y canal Cotoca, desde donde debe salir hacia su última morada hoy, a las 10:00, en el cementerio Memorial Park, que está sobre la carretera hacia Cotoca.

Esperan informes

En las oficinas de Elorza aclararon que el capitán no había volado en una nave de la empresa, ya que lo había hecho en una nave de Orville de Aviación, llevando a una comisión de Irlanda.

Además, se conoció que Nely Quiroz, la adolescente de 16 años que falleció en el accidente, había abordado el vuelo de Elorza en el aeropuerto de Trinidad.

La Dirección General  de Aeronáutica Civil (DGAC) aún no ha detallado las causas del accidente y se espera que luego de las pericias que realicen los técnicos se pueda conocer lo sucedido. Solamente se sabe que el capitán pidió auxilio a la torre.

Elorza llevaba 24 años volando y es recordado por sus amigos y colegas de aviación como un hombre de sonrisa franca y un excelente instructor de nuevos pilotos.

Él estaba casado con Charito Falch. Tenía nueve hijos, dos de los cuales siguen la pasión de volar, ya que ambos son pilotos.

EL DEBER, Santa Cruz


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