El oficialismo apostó por bloquear indefinidamente la designación de vocales para el Tribunal Departamental Electoral (TDE) de Santa Cruz, con miras a teledirigir los comicios cruceños desde la sede de gobierno.
Al mismo tiempo, el régimen puso todas las fichas en la Cumbre del G77 como show mediático caza-votos en el electorado cruceño.
Pero al final, ambas apuestas han resultado contradictorias. Ahora, el movimiento cívico de Santa Cruz, que no parece precisamente alicaído, ha lanzado el ultimátum: se designan los vocales hasta el jueves o comienza una huelga de hambre masiva, en plena Cumbre.
¿Podrá capear el Movimiento Al Socialismo la disyuntiva, o se verá forzado a ceder ante las legítimas aspiraciones cruceñas?
No faltarán quienes, desde el partido de gobierno, acusarán casi de “traición a la patria” a quienes osen perturbar la G77, como ya lo advirtió totalitariamente el vicepresidente García Linera: “el que está contra la Cumbre, está contra Bolivia”.
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¿Qué seguirá? ¿El que está contra Air Catering está contra la patria?