Ismael Schabib Montero*Cuando se pone de moda la integración nos recordamos que Bolivia es un país de contactos y hay quienes dicen articulador de Sudamérica. Lo cierto es que por su ubicación geográfica puede jugar este importante rol si le ayudamos a la naturaleza complementándonos mediante carreteras y ríos; de lo contrario somos y seguiremos siendo, un país tapón, un país eludible.Ya es una realidad el tramo carretero Santa Cruz-Puerto Suárez que merece elogios de propios y extraños, pero lamentablemente otro, Cochabamba- Santa Cruz, tiene el grave problema del “Sillar” por la falla geológica que presenta y hace que acuse problemas especialmente en tiempo de lluvias, pero estamos avanzando.Sabemos que el “Mutún” es una gran montaña de hierro, una de las reservas más grandes del mundo pero, algunos intentos para su explotación han fracasado como el sonado caso de la “Jindal”; se puede suponer, observando a cierta distancia, que la provisión de gas fue el talón de Aquiles, resultado de actuar irresponsablemente. Nadie en su sano juicio quisiera que se destruyan los bosques naturales, y no valdría la pena ni siquiera para explotar “diamantes” tomar una decisión suicida; pero siendo que los árboles son renovables, cuando se actúa en base a una buena planificación, se puede crear un “círculo virtuoso”, sembrando y “cosechando” periódicamente, sin tocar los que nos regaló la naturaleza, como ocurre en otras latitudes donde incluso mejoran sus bosques.El carbón vegetal, como lo planteó en su momento la EBX, puede ser la solución como energético e incluso elemento imprescindible para producir acero, ya que es necesario para su elaboración mezclado con el hierro.Pero no sólo el gas es una restricción, sino, el puerto o los puertos, si bien se conoce que entre el 40 y el 45% de la carga boliviana, especialmente la cruceña, pasa por los puertos ubicados en el canal Tamengo, estos son operables solamente 10 meses al año porque se secan. Este canal que conecta la Laguna Suárez con el río Paraguay ha permitido construir estas facilidades que son muy útiles, pero no satisfacen todos los requerimientos, máxime si se tuviera que explotar el “Mutún”, sería condición insalvable la construcción de “Puerto Busch” que se ubica en una de las márgenes del río nombrado que tiene aguas más profundas. Una de las restricciones para su construcción es que se ubica en un lugar bajo por lo que inunda todos los años. Bolivia, que debería estar “hambrienta” de puertos, bien podría hacer un esfuerzo y construir un terraplén de cien kilómetros de longitud que tenga como promedio 7 metros de altura en la planicie. Hay dos lugares que se han elegido desde hace varios años como probables; uno es donde existe una pequeña estructura metálica en la orilla y otro un poco más al Norte acortando el terraplén unos kilómetros. Además el corredor de exportación al que se ha hecho alusión, puede potenciarse con el empalme hidrográfico. “Puerto Busch” no sería competencia de ningún Puerto del Pacífico, porque son escenarios geográficos diferentes, pero principalmente, porque las regiones que son aéreas de influencia de los puertos del Pacífico no serían sobrepuestas. No se disputarían sus “hinterland”. Bolivia, a pesar de su enclaustramiento geográfico es un país con opción bioceánica, cualidad que “Puerto Busch” mejoraría. Tampoco mataría los puertos del canal “Tamengo” porque tienen carga asegurada más al Norte o porque ya han debido recuperar la inversión con creces.En el caso del departamento de Santa Cruz, guarda perfecta armonía con la concepción geopolítica de los visionarios que plasmaron su estrategia de desarrollo hace 110 años mediante el documento denominado “El memorándum de Santa Cruz de 1904” que se encuentra en el “Google” para conocimiento de las personas que quisieran. “La ceguera… ha debido desvanecerse ya, y volver las miradas hacía el Atlántico”, también.*Vicealmirante de la República de Bolivia