En la lógica temporal andina “no existe concepto de futuro”


La Paz. En la plaza Murillo el reloj gira al revés desde la semana anterior. En el mundo andino, según los antropólogos, el “presente” contiene el “pasado” y el “futuro”. Lo izquierdo tiene un significado y prima en esa lógica.

imageFotos: Álvaro Valero / Página Siete.. La fachada del edificio del Congreso en la plaza Murillo de La Paz donde se ubica el reloj.

Página Siete / La Paz. Bolivia



En los Andes no hay una distinción tajante entre «pasado” y «futuro” porque el «presente” los contiene a ambos. Ello, sumado a la  preeminencia de la lógica izquierda, alimenta la polémica que provocó  el cambio de sentido de las manecillas del reloj de la Asamblea Legislativa la anterior  semana. 

El canciller David Choquehuanca explicó   el martes que las modificaciones en el reloj de la plaza Murillo obedecen a un intento por reforzar la identidad: «Vivimos en el hemisferio sur, celebramos el solsticio de invierno, y aquí sí usamos el reloj solar,  gira a la izquierda,  no como el norte. Entonces debemos recuperar esa lógica, sacudir nuestros cerebros”.

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El antropólogo Milton Eyzaguirre  explica que la nueva versión del reloj al revés se enmarca en la lógica andina (no amazónica). Por tanto, supondría un desafío a los pensamientos dominantes de origen occidental.

Es una forma de «llamar la atención sobre otro tipo de lógicas integradas por una serie de particularidades, que hacen que una cultura sea rica y nos ayuda a comprender cómo se entendía el mundo desde esta visión en la que no existe el concepto de futuro”, aclara Eyzaguirre.

En la lógica andina, el  «presente” contiene al «pasado” y al «futuro”. Existen, desde luego, las nociones de secuencia, de antes y después, pero ellas no se oponen como el pasado y futuro en la cultura occidental.

El cambio, el reloj, en opinión de Eyzaguirre,  se circunscribe en el contexto del llamado «Pachakuti” o  nueva era, según la tradición andina, en la que se inicia una época para que los pueblos originarios de América dejen de estar oprimidos. 

En sentido izquierdo

El investigador vincula este tipo de acciones con muestras culturales como la técnica que se registra en los tejidos andinos en los que se entrelaza el hilo con forma de espina de pescado.

El trenzado se realiza no sólo en dirección a la derecha, como es habitual; también se usa el lado izquierdo para dirigir el hilo. La preeminencia del tejido a la izquierda resalta en la elaboración de las prendas que  se destinan a las autoridades de la comunidad, desde la época prehispánica. Así lo documentan varias crónicas de la época.

«Se proyecta un sentido y significado concreto en relación a este cambio de lógicas: de derecha a izquierda, en los tejidos y en otros elementos de la cultura andina”. En algunos casos representa  buena suerte, y en otros lo contrario, concluye Eyzaguirre.

En el sistema de alternancia dirigencial de los ayllus -muyu-   el turno de las comunidades para asumir el mando se determina por  la izquierda.

«Evidentemente nosotros giramos en el sentido contrario a las manecillas del reloj”, confirmó el antropólogo Marcelo Fernández, director de Interculturalidad de la Alcaldía de La Paz. «Las autoridades, por ejemplo, cuando tienen que saludar normalmente saludan en el sentido contrario al reloj; cuando reparten la coca de la misma manera, cuando tienen que formarse a hacer un acto cívico, ése es el sentido  y ésta es una práctica muy andina, hay muchos elementos naturales que se hacen en sentido contrario al reloj”, añadió.

Aunque admite que «cosmovisionalmente sí (hay razón en el cambio de sentido de las manecillas), «es muy difícil pensar en la posibilidad” de que cambie el uso del reloj  convencional.

Punto de vista

Francesco Zaratti,  físico y docente de la UMSA

Hay  «desafíos más impactantes y urgentes”

El mundo está hecho de convenciones, que son acuerdos universales para facilitar la vida en el planeta. Una de esas convenciones es el sentido de rotación de las manecillas del reloj, el sentido «horario”.  No hay ninguna ley natural que obligue a elegir ese giro en lugar que el inverso (anti-horario), pero así se hizo y así se usa, sin que importe ya si a los orígenes hubo la intención de imitar el giro diario de la sombra en los antiguos relojes de sol.

Las convenciones crean costumbres, mas no imposiciones: los relojes que tienen un giro anti-horario son también posibles y están a  la venta como curiosidades. No cambian la medida del tiempo y por tanto nadie debería escandalizarse de su existencia ni del cambio que se hizo en el reloj del Palacio Legislativo.

Si tienen una ventaja, además de ser un atractivo turístico extravagante, es la de ayudar a reflexionar sobre la relatividad de las convenciones.

Mi crítica apunta a la justificación que se han dado,  a las consecuencias de ese cambio y a la manipulación ideológica consecuente. La justificación es incorrecta porque al sur del ecuador el reloj solar no gira siempre en sentido anti-horario: el giro depende de la posición relativa del Sol y el paralelo del sitio. En  Bolivia tenemos meses con la sombra hacia el sur y meses con la sombra hacia el norte.

La desventaja principal  radica en la incomodidad de la lectura y en la confusión que genera un instrumento que debería ser útil, antes que provocador.

En cuanto a la descolonización,  existen desafíos más impactantes y urgentes que el reloj del sur, en la educación y en la salud. Por ejemplo, para motivar a  los jóvenes a romper esquemas mentales convencionales, ¿por qué no se reemplazan los mapamundis comunes con los que muestran el sur arriba y el norte abajo para ver el mundo «desde el sur”?