La AFA, más comprometida por el escándalo de la reventa

FifaBrasil 2014 Surgieron contradicciones entre los dirigentes y nuevas denuncias. Varios jugadores se quejaron de haber recibido malas ubicaciones para sus familias, mientras las más caras fueron al mercado negro.Un día después de que surgieran revelaciones respecto de la reventa de entradas a cargo de la mismísima conducción de la AFA, el escándalo no hizo más que crecer: mientras el dirigente Luis Segura intentó sin éxito aclarar, varios protagonistas aportaron nuevos detalles de la operatoria, al tiempo que allegados a futbolistas de la Selección revelaron el fastidio por lo que consideraron un destrato en el reparto de localidades y afines.Miles de argentinos que cruzaban la frontera sin entrada y con intenciones de ver el partido en vivo y en directo, lo primero que hacían era llamar a algún integrante de la delegación. “¿Quedaron entradas para vender?” La respuesta, en casi todos los casos, fue la misma: “Sí, pasá por el hall del hotel… Mirá que es cash, dólar billete”. Este procedimiento, que se repitió en cada una de las ciudades por la que pasaron Messi y compañía, parecía usual. Tan usual como ilegal, aunque ayer FIFA haya sacado un comunicado respaldando a la AFA.El escándalo en el que quedó atrapado la dirigencia argentina generó, paralelamente, un enfrentamiento con los jugadores. “Estos andan revendiendo las entradas y a nosotros no nos quieren dar las que les pedimos para nuestros familiares”, bramó uno de los jugadores de peso en la Selección. Uno de los dirigentes lo escuchó atentamente y simplemente alcanzó a decirle: “La orden viene de arriba…”.¿Cuál era la queja puntual de los futbolistas? La cosa arrancó en la fase de grupos. Primero, por la ubicación: esposas, hijos, padres, madres, hermanos y amigos recibieron entradas categoría 2,3 ó 4. “¿Viste dónde estaban ubicados los familiares de los alemanes en la final? ¿Y la familia de Robben y Van Persie en los cuartos? Al lado del campo de juego”, contó una fuente a Clarín que vivió el tema en carne propia. Y agregó: “¿Y viste dónde vio uno de los partidos la esposa de Messi, Antonella, y su bebé? Desde el gallinero. Una vergüenza…” ¿Cuántas entradas les daba la AFA a los jugadores? En la primera fase, 4 tickets por jugador. Luego, la cifra creció a 12. ¿Las pagaban? Sí, a ellos se las vendían al precio oficial, a 440 dólares categoría 2.Luego, en las instancias finales, al problema de la ubicación se le agregó la cantidad. Para el match decisivo ante los alemanes, varios jugadores pidieron más de 30 entradas. El doble. Un exceso.Los tironeos llegaron el viernes. Los dirigentes intentaban calmar a los jugadores diciéndoles “viene el remanente de la FIFA y les damos”.Los jugadores, a esa altura, volaban de la calentura. Es que, a la vista de todos, veían como las entradas venían y se iban. En los videos se observa a Carlos Capuchetti, jefe de seguridad de AFA, a Omar Souto, gerente de Selecciones, y a Luis Segura. El dirigente de Argentinos anoche le dijo a Clarín: “Por ahí erramos las formas; pero queríamos quedar bien con los familiares de los jugadores y con gente conocida”.En medio de todo, las réplicas de la investigación de ESPN Brasil se multiplicaban por el planeta. Los jugadores no querían preocuparse por la logística de sus familiares. Pretendían concentrarse sólo en la pelota. Pero fue imposible. Hubo un jugador que, en nombre de todos, le dijo a Julio Grondona que en lugar de revendérselas a extraños, ellos se las compraban. ¿A qué precio?Ese fue el punto.En la final, según AFA, las entradas categoría 1 fueron vendidas al valor oficial, a 990 dólares. Sin embargo, hubo argentinos que, en la reventa, se las compraron a un barra de Palmeiras en 3.600 dólares. Otra: en la semifinal, en el hotel de San Pablo, gente de AFA vendió tickets categoría 1 a 1.600 dólares, cuando el precio oficial era de 660…Una reglamentación de FIFA dice que si hay un remanente, el 8% de la capacidad del estadio (el Maracaná alberga a 78.838) es para las federaciones finalistas. El jueves lo llamaron a Grondona para preguntar si aceptaban ese remanente. El mandamás del fútbol argentino aceptó. Según pudo averiguar Clarín, no le dieron el 8% (6.307) pero tampoco las 175 que dice haber recibido Emilio Vázquez. El jefe de Administración de Entradas de AFA, que se quedó unos días más en Brasil para “saldar” la cuenta con FIFA, intentó justificar lo injustificable: “Las vendimos al precio oficial. Recuperamos el dinero para cancelar la deuda con ellos”.Desde Brasil contaron por qué Grondona no estuvo en la premiación: “El Viejo estaba caliente con los jugadores por los rezongos”. Por eso, afirmaron, mandó a Juan Carlos Crespi. Y un par de allegados se quejó por el destrato que recibieron en los chárters que puso AFA. Y apuntaron a Héctor Domínguez, muy cercano a Don Julio.En el arranque de la Copa aparecieron entradas truchas con el nombre de Mascherano y Lavezzi. También hubo tickets que portaban el nombre de Humberto Grondona: éstas no eran truchas sino de protocolo . El hijo de Don Julio se excusó: “Se las di a un amigo y no sé qué hizo con ellas…”.El Mundial se fue. El escándalo de la reventa sigue. Y crece.Fuente: www.clarin.com