“La división de los cruceños hace daño a Santa Cruz”


ENTREVISTA A FERNANDO CASTEDO. El presidente cívico cuenta los entretelones de la protesta en demanda de vocales electorales para Santa Cruz. Antes y después de la huelga de hambre cívica, el ministro de Gobierno se comunicó con él.

imageFernando Castedo en su despacho, evaluando la demanda de vocales electorales cruceños. Foto: Jorge Uechi.



EL DEBER, Santa Cruz

Fernando Castedo es presidente cívico desde hace poco más de un año. Para muchos, le ha tocado uno de los peores momentos de la institución, pero hace un par de semanas se jugó por una causa y se metió en una huelga de hambre para lograr la elección de los vocales electorales por Santa Cruz en la Asamblea Legislativa nacional, dominada por el Movimiento Al Socialismo, partido que no había demostrado voluntad para dar ese paso. Con la realidad decantada, le pedimos una entrevista para que cuente los entretelones de esa negociación que alcanzó los objetivos trazados: Santa Cruz ya tiene vocales electorales.

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¿Cómo es que el Comité se anima a una huelga de hambre, cuando no había señales para salir airoso de esa batalla?

Esto empieza meses atrás cuando se convoca a elecciones sin tener la cartografía electoral, entonces tenemos la primera lucha que justamente es tratar de desactivar ese reglamento de circunscripciones. Pedimos una audiencia con el Órgano Electoral y después de nuestra visita, ellos modificaron el reglamento de circunscripciones. Ese fue un paso fundamental.

Después nos preocuparon los acarreos de gente para inscribir y no se habían nombrado a los jueces electorales. No se estaba llevando bien el proceso electoral en Santa Cruz. Por esa inquietud, apuntalamos y apoyamos la convocatoria para elegir vocales departamentales. Demandábamos un derecho y que no nos traten como entenados. Buscamos el diálogo entre asambleístas departamentales del oficialismo y de la oposición, pero los opositores (MAS) nos tiraron el portazo en la cara.

Después intentamos tener diálogo con esferas superiores (del MAS) a escala nacional, porque sabíamos que si salía de la esfera departamental, se iba a trabar en la Asamblea Legislativa Nacional. Por eso, hablamos a través del ministro de Gobierno, Carlos Romero, que dijo que lo iba a ver. Eso fue antes de que se dicte cualquier medida. Él vino al Comité y dijo que el Gobierno tenía la predisposición de buscar soluciones políticas. Después de la Asamblea de la Cruceñidad, volví a tener contacto con el ministro que en este momento planteó que se espere a ver cómo se daban las cosas. Yo planteé que me debía a la asamblea y encabecé la huelga

La oportunidad fue coyuntural, coincidió con la cumbre del G-77. Empezamos el viernes con la naturaleza en contra. El respaldo de las mujeres fue fundamental. Ya el sábado nos trasladamos a la plaza y desde entonces comenzó a aumentar el número de gente que apoyaba, a pesar de que hubo un feriado que para mí fue un paro porque se bloqueó el acceso al centro. Nos visitaron muchos extranjeros que estaban en Santa Cruz por la cumbre y les explicábamos nuestra demanda. También estuvieron los políticos.

Ya el lunes, cuando se levantó el bloqueo a la plaza llegamos a los 100 huelguistas y el miércoles rebasaron los 400. El martes, el ministro Romero volvió a comunicarse y a decirme que el presidente tenía predisposición  para dar una solución al problema. Tuvieron reunión de gabinete y, al finalizar, recibí una nueva llamada en la que se anunciaba que el presidente daría una conferencia de prensa, en la que mostraría señales para coadyuvar con la solución.

Por otro lado, la institucionalidad cruceña, la brigada parlamentaria cruceña y la Iglesia católica nos pidieron levantar la medida por la salud de los huelguistas. Nosotros dijimos que Santa Cruz no tenía vocales por falta de voluntad política del MAS y le pedimos al presidente que instruya a su gente para que no siga con la consigna de obstaculizar. A eso se sumó que la justicia favoreció la demanda de Santa Cruz y el presidente tuvo que reconocer que era un tema nacional.

¿A qué atribuye ese cambio?

Había que jugar con los tiempos. El Gobierno está en campaña electoral. No le convenía que se hubiera estado vislumbrando un posible fraude por no tener autoridades electorales. La presión se la tiré directamente al presidente. Creo que Dios nos ayudó y salió bien, porque una semana después de que levantamos la huelga de hambre fueron elegidos los vocales electorales departamentales, lo que nadie creía.

Hasta ese momento se veía a un Comité muy débil…

La gente está acostumbrada a ver a los ‘cinco estrellas’ tomando decisiones, apuntalando, pero aquí fueron los dirigentes de base los que nos pidieron que trabajemos. No podía defraudarlos; además que yo creía en la causa y cuando se tiene convicción, la lucha se hace más fuerte. Entonces resolví encabezar la huelga. Las mujeres, los jóvenes, los vecinos fueron cruciales, los comités distritales, las fraternidades… Con ellos me sentí fuerte.

¿Es otra Santa Cruz ahora?

Es otra Santa Cruz. Además que Santa Cruz estaba esperando que alguien salga a luchar.

¿Y los cinco estrellas?

Apoyaron, estuvieron en la vigilia, nos dieron soporte económico: había que poner toldos, tener medicamentos. Todos estuvieron preocupados y varios presentes. Al final, ganó Santa Cruz y ellos mismos. Todos apoyaron, unos con presencia otros con recursos y pronunciamientos.  Yo creo que la gente cree cuando uno le habla al pueblo, cuando no confronta, cuando sale firme con un discurso y con entereza. Hacía muchos años en los que no había una medida de presión como la que hubo y en la que la gente salió a reclamar sus derechos.

¿En qué situación está el cruceñismo?

El pueblo sigue respondiendo cando cree en la causa y en la gente que los lidera. El cruceñismo quiere alguien que los defienda y represente. Si eso es así, el liderazgo tiende a crecer.

  ¿Qué opina de la división de los líderes cruceños que ahora están en política?

Eso le hace daño a Santa Cruz. El hecho de estar pugnando, en vez de limar asperezas. Cada uno puede tener su ideología, sus intereses, pero el bien común es Santa Cruz y no se lo está tratando así. Eso de ir divididos, obviamente en este momento, ante un Gobierno nacional tan fuerte y dictatorial es ganancia para el Gobierno. No se termina de entender por qué no pueden purgar sus diferencias.

¿Qué opina de los elegidos?

No haré juicio de valor de ninguno de ellos, porque se hizo una convocatoria en la que nosotros fuimos observadores. Se escogieron cuatro ternas. Lo que se buscaba era que tengamos vocales.

  ¿Cree que la transparencia está garantizada?

Estamos en manos de unos ciudadanos, como antes estuvimos en manos de otros con corte notable, en la que nunca se favoreció a nadie. Eso es lo mismo que les he pedido a tres de los cuatro elegidos. Depende de su conciencia nada más, depende de sus principios.