El repique de los tambores abrió la fiesta puntualmente dando paso a decenas de parejas de bailarines, que brevemente ensayaron algunos pasos de tango y de baile de salón de inspiración alemana.
La cantante colombiana Shakira sostiene a su hijo Milán durante el acto de clausura del Mundial 2014 en el estadio Maracaná Foto: AFP.
La Razón Digital / Manuel Pérez Bella, EFE / Río de Janeiro
Shakira levantó hoy el estadio Maracaná de Río de Janeiro en la fiesta de clausura del Mundial, antes del partido entre Alemania y Argentina, que tuvo a la samba como gran protagonista.
El «la, la, la», estribillo de la canción «Dare» de la cantante colombiana, causó un bramido en las gradas del estadio carioca, que estaba a media capacidad cuando Shakira hizo irrupción en el escenario, en el centro de una inmensa bandera brasileña tendida sobre el césped.
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El resto de la ceremonia, de 18 minutos de duración, tuvo cierta acogida entre los hinchas brasileños, pero no así entre los argentinos y alemanes que copaban las tribunas y recibieron con cierta frialdad las coreografías de los bailarines de samba.
Con la acústica del estadio al límite, los tambores y timbales de un centenar de percusionistas de la escuela de samba Grande-Río retumbaron durante toda la fiesta que calentaba motores para la gran final del Mundial de Brasil.
La samba, música nacida en las favelas del centro de Río de Janeiro, a poca distancia del estadio Maracaná, impregnó toda la ceremonia.
Los «mestre-sala» y portabanderas, dos de las figuras más importantes de las escuelas de samba del carnaval carioca, vestidos con sus típicos vestidos pomposos y llenos de lentejuelas, enarbolaron las banderas de cada uno de los 32 países participantes en el Mundial.
El repique de los tambores abrió la fiesta, puntualmente a las 14.20 (17.20 GMT) dando paso a decenas de parejas de bailarines, que brevemente ensayaron algunos pasos de tango y de baile de salón de inspiración alemana.
Luego un par de hileras de mulatas, las bailarinas de los carnavales, con diminutos disfraces dorados que hacen alusión al trofeo, hicieron su entrada a la vez que dos jugadores vestidos con los uniformes de Argentina y Alemania hicieron unos malabarismos con el balón en el centro del escenario.
Entonces irrumpió el cantante brasileño Carinhos Brown, en traje negro y con una cresta de plumas brillantes, negras y blancas, para dar entrada y acompañar a Shakira, quien, vestida de rojo, se hizo la reina de la fiesta tocando los bongos y con sus bailes de movimientos entrecortados.
El rapero Wyclef Jean, el guitarrista mexicano Carlos Santana y el cantante brasileño Alexandre Pires interpretaron otro de los temas del Mundial, «Dar Um Jeito – We Will Find a Way», mientras decenas de bailarines hacían coreografías.
La fiesta concluyó con la breve interpretación de estrofas de canciones brasileña como «Domingo eu vou ao Maracanã», un clásico de reminiscencias futbolísticas, y los temas «Poeira» y «Explode Coração», ambos a cargo de la brasileña Ivete Sangalo, toda una diva de la música «axé», un ritmo pop típico del estado de Bahía, que fueron coreados por los brasileños.