“Free riding” marítimo


Marcos Aguirre*

FREE RIDER Los medios han sido pródigos en noticias sobre el tema marítimo, sobre todo en La Paz y Santiago, desvelando la penosa práctica del free riding mediático utilizado por conocidos personajes.

Pero antes de entrarle al asunto, una apostilla conceptual: el free rider ha sido definido como el “viajero sin billete”, la persona que recibe un beneficio pero no paga por él. Son los actores que buscan beneficios en las actuaciones de los demás, pero que no asumen sacrificio propio por ello, generalmente buscan brillar en la foto, en el discurso o en la paginita de historia, de “colada”, como polizón.



La administración pública y privada procuran limitar los problemas del free riding desde una perspectiva económica para evitar costos improductivos. En política y en diplomacia el problema se presenta más complejo pues puede tomar ventaja más de un actor, veamos.

El nuevo vocero marítimo, don Carlos D. Mesa ha irrumpido en el horizonte azul marino con un triste episodio de entredichos con Heraldo Muñoz (el del mito). Se dice que dijo que le iba a decir pero que en el fondo nunca dijo lo que dijo, sino que le hicieron decir otra cosa. Un entredicho más en vísperas de elecciones, pero que se muestra como free riding y con consecuencias.

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Si bien de lejos don Carlos no acapara mucha intención de voto, “de cerca” es útil para la imagen del partido de turno, lo ponen a declarar como si fuera el relator ante la Corte. Aparentemente es el único vocero visible de la causa marítima boliviana por decisión del MAS, ambos, vocero y partido juegan al free riding: Don Carlos, tal parece, no quiso ser un servidor público con los sacrificios que impone un cargo, eso no estaba a su altura, quiso trato de estrella pop sin contrato. Aceptó ser el vocero local e itinerante, posiblemente con privilegios de rango mayor. Al MAS le favorece su presencia frente a los votantes urbanos clase medieros.

Claro, es todo un expresidente que se ocupó de la historia y el cine (ha visto muchas veces la película Amargo Mar) aunque no mucho del Derecho. Al no ser servidor público, no puede ejercer la representación oficial del gobierno boliviano, no tiene credenciales, por ello a Chile le resultó tan sencillo descalificarlo y pedirle que vaya a explicarle la demanda a su abuelita.

Otro pecado de fondo muy común en el free riding de conveniencia es esto del discurso de doble rasero, como el que usan Heraldo Muñoz y sus colaboradores vinculados al sistema de NNUU y el cortinaje pro derechos humanos.

Pero volviendo a lo local, si usted lee la última columna dominical de Mesa o ingresa a su blog, encontrará que don Carlos acusa al gobierno de Evo insinuando de que con ellos no hay Estado de derecho, que ya está de buen tamaño nueve años de un mismo presidente, que la habilitación del mandatario para una nueva elección es inconstitucional, que la institucionalidad se ha supeditado a una sola persona a quien se le rinde culto, que no hay justicia en este país, que se violan derechos humanos, que el gobierno usa su aplanadora legislativa, que no hay democracia, etc., etc.

Y no hay problema con que un ciudadano opine públicamente así, es parte de la democracia, sino que luego, gobierno y vocero cabalguen sobre el tema marítimo pero por intereses distintos.

Hay otros internacionalistas que también participan activamente en el foro marítimo y la política exterior. Me llama la atención uno de apellido Salazar. Según la prensa del pasado fin de semana, este exdiplomático resiente la torpeza del gobierno y del Procurador del Estado en un caso periodístico, pero hace muy poco, desde su misma columna, recomendaba a don Héctor Arce Zaconeta como nuevo Ministro de Relaciones Exteriores. Otro free riding de oportunidades fallidas.

La causa marítima no puede ser la plataforma de las vanidades ni de los intereses políticos de coyuntura, en Bolivia, en Chile y menos a nivel de las NNUU.

*Abogado internacionalista

Los Tiempos – Cochabamba