Gabriela Ichaso«Con el pecho apretado y un nudo en el estómago abordé con mi hija de dieciocho años el tema de la muerte de Sophia y de repente me di cuenta que estaba aconsejándole que no salga a la tienda de la esquina en shorts sino en buzo. (Vivimos a una cuadra de donde está el parqueo Cañoto, donde Sophia fue asesinada)Y mientras le decía eso me surgieron estas preguntas:● ¿Debo decirle que no sea «tan amable y cordial» al saludar a un guardia, albañil, taxista, cajero, desconocido, hombre o por último, cualquier ser humano? Porque quizá a Sophia el ser educada y cálida esto le jugó en contra y despertó el morbo asesino de un enfermo pero que finalmente formaba parte del entorno?● ¿Debo decirle que no sea tan bonita? Que minimice sus naturales y simples encantos, que trate de verse fea, indeseable, finalmente invisible? ¿Que oculte su sonrisa, que no sostenga la mirada a un extraño?● ¿Que no confíe en nadie, que todos pueden ser sus posibles agresores? ¿Que nunca hable con un chofer, con un micrero, con nadie? ¿Que el prójimo es un potencial peligro?● ¿Debo decirle que por más que se mate estudiando, que conserve sus valores y que sea intachable buena hija y amiga, eso no vale nada si cae en manos de un maldito desgraciado que no le tenga compasión? ¿Que de nada le habrá valido hacer las cosas bien en la vida porque su vida no valdrá nada?Sigue mirándome con cara de angustia. Se asusta mi querida hija y yo la miro y aún no sé qué más decirle hoy» (del muro de Facebook de La chica de Tattoomanía).Sólo nos salen gritos de dolor, náuseas, largos silencios. Libradas a la mirada animal y criminal de quienes nos ven frágiles, abusables, violables, matables.»Quiero que hablemos de feminicidio», escribe Daniela Martins Gutiérrez.»Una chica frente a quien toda palabra de ternura queda estúpidamente corta fue sistemáticamente observada, predada y brutalizada saliendo de su trabajo, a hora regular, en la seguridad de un estacionamiento privado. No hubo nada que hubiera podido ser prevenido. Lo que hizo Sofía fue ser gentil, bonita. Sonreír. Lo único que hizo Sofía para que la mataran fue ser mujer.Las mujeres son específicamente seleccionadas y atacadas. Esto trasciende estrato social, color de piel, y frontera estatal. Lo he visto en carne propia en seis países africanos como en cada calle de París. Las mujeres tenemos el miedo de ser violadas y asesinadas tan integrado y naturalizado que lo traducimos en rutina cotidiana.Sentimos la mirada predadora y el peligro todos. Los. Días. En una acera angosta durante el día, en la parada del bus, en el bus, saliendo del trabajo, entrando al trabajo, en el baño vacío al final del pasillo, en la calle, fuera de la calle, fuera de casa, dentro de casa. Sal a la calle mira hacia atrás cinco veces, no dejes de vigilar tu vaso, que no te droguen, no subas al auto del amigo de tu amigo, no camines sola por la noche, no lleves audífonos, prepara tu llave para no perder tiempo en la puerta, baja la cara y acelera el paso cuando ese hombre en la calle te respira al cuello y te pregunta si se la quieres chupar, suéltate el pelo, cúbrete. Sobrevive.Todos.Los.Días.Se puede luchar contra el feminicidio desde muchos lados. Desde la ciudadanía, se lucha con reivindicación colectiva, marchas y educación. Hoy impera la ignorancia y la brutalidad sin marco alguno de ley. Un gobierno resentido y pusilánime evita el contacto visual mientras nos agreden, acosan, y matan todos los días. Sofía es más importante que la campaña electoral. El feminicidio es más importante que la campaña electoral.Quiero que nos quedemos con la palabra clave: educación. La sociedad nos enseña a protegernos de los predadores. No es suficiente. Necesitamos una sociedad que enseñe a cada niño y cada hombre a no predar. A no sexualizar a las mujeres que pasan por su lado. A entender esa idea tan inconcebible de que las mujeres somos también seres humanos.Hoy me cansé de callar. Ninguna familia más. Sofía, bonita. Mi corazón es tuyo. Yo voy a seguir contando tu historia.»Al flagrante, premeditado, agravado, confeso… ni arrancarle la piel a tiras sería justo. Lo justo no existe, no nos mintamos. #HartazgoDa ganas de irse a la mierda tanto luchar por poner en valor lo bueno para que supere a la mediocridad, la anomia, el sistema. #HartazgoNo se puede vivir subiendo bardas, electrificando muros, pasándose semáforos para no parar en las esquinas, sospechando de todos #HartazgoAyer Santa Cruz de la Sierra se recibió de gran ciudad, como Nueva York y Miami #CriminalMinds, en la otra cara -o la misma vista de afuera- de los grandes centros comerciales, los vehículos de lujo, los condominios cerrados y los siete mares importados, del mensaje machacón, repetido, estremecedor de sólo tenés éxito con ese auto, con esa casa, con ese cuerpo, con esto que hago a pesar de lo que digo, sin Dios ni ley.Los hechos delictivos pueden parecerse o no. Hoy leí la prensa, la estupidez del equilibro que le llaman. Se toma lo que dicen los muros de las redes sociales, una periodista, que «el caso de la mujer embarazada asesinada no merece marchas, ni estados de redes sociales, porque es pobre» y yo digo que no podés ser tan imbécil para juzgar la situación por las formas de expresión de quienes se sienten afectados. Si sos periodista, ubicáte en los hechos. Ambos son delitos: uno respondió al estado de drogadicción de un asesino, el otro a un asesino que premeditó en el lugar de trabajo, planeó, ejecutó, se fue de joda y ni se sacó el uniforme. Tratemos de usar el cerebro. Acá hay un dueño de una empresa de seguridad, acá hay un tema de la seguridad «privada» en manos de comerciantes con gente a cargo de «cuidar» sin perfil, sólo por el salario mínimo y sin que reúnan ninguna condición para ello, acá hay un tema de que «hay» seguridad privada porque la pública no funciona, no abastece, no alcanza. Acá hay un tema que no podés ser hermosa porque la banalización de la hermosura en los medios, trastoca en el cerebro macho que tienen derecho sobre una y que si no nos tienen, nos pegan, nos matan, nos ultrajan. Acá resulta que te ofrecen droga en la escuela o en el boliche. Acá resulta que armas conseguís en las ventas de objetos robados, a título de usados, y cuestan igual que un celular. Acá se vende alcohol en cualquier lado y se oculta habitaciones para contrabando y para trata de mujeres, por igual. Entonces, ¿de qué están hablando Belaúnde y D’Alencar?No es personal: si no sabés interpretar lo que lees, no difundás y si te da bronca que nos duela, váyanse a la mierda. ¿Ahora no podés ser científica, trabajadora, humilde, noble y hermosa sin que nos llene de orgullo a muchos -que debería ser a todos, en los valores que «todos» decimos compartir como ideales- y que amemos a su familia como nuestra?Basta de mediocridad. Basta de igualar para abajo. Basta de mentirnos. Basta, medios de comunicación. Esto no es cada vez más aislados, cada vez más mirando a un lado, a echarle la culpa al otro. Asumamos. Asumamos, por Dios.Y dejen de hacerse los pendejos los medios de comunicación, que la impunidad es compartida. Háganse cargo también del trono perverso desde el que llevan y traen la información con el guión programado de show de ocasión. Ayuden a que las cosas no queden en la marcha del dolor, háganse cargo de pedir respuestas y no repetir discursos, no abandonen los verdaderos temas de la sociedad, dejen de ser el eco de odios y rencores personales, de interesitos de mierda, de que un ex Ministro de Gobierno se hizo el gallito y un ex Senador que también fue parte de Gobiernos, le contestó. ¿A quién carajo le importa? ¿Quieren nivel de respuestas para la sociedad? ¡Eleven el nivel de las preguntas y no digan que hay debate cuando no se debate un solo tema de fondo en ninguna parte! ¡Si no saben qué preguntar, pregunten a la sociedad qué preguntar! ¿Recordamos a Hanali? Era periodista, la mató un policía, padre de su hijo, que dieron por «muerto»… y hasta los medios la olvidaron.Los presos quemaron Palmasola y llevamos 10 años pidiendo una cárcel verdadera. Las mujeres pedimos que se condenen la misoginia, el acoso, el abuso, la violencia en todas sus formas y entre machos y pelotudas se cagan de risa o ponen cara de condena para unos mientras en las pantallas se ultraja a diario usando como cosas el cuerpo y la forma de ser de las mujeres. La impunidad de delitos comprobados, sin juicio, sin sentencia ni condena, generan un estado de indefensión de las víctimas y un estado de absoluto libertinaje de quienes creen que nada les pasará en una tierra de nadie, donde desde las autoridades hasta la última chichería de barrio, pasando por los medios, están inmersos en «hagamos cualquier cosa que acá no pasa nada».7461 personas aquí, en 24 horas. No basta la marcha. Organicémonos en cada familia, vamos a las elecciones exigiendo una única propuesta para combatir la inseguridad nuestra de todos los días. Una única propuesta en la que se pongan de acuerdo todos los candidatos. Una sola propuesta y que la cumplan. Que la cumpla quien resulte electo, sea oficialista, sea opositor. Que la cumplamos todos.¿Nos habremos dado cuenta que no se trata de educación? ¿Que no se trata de más policías, de echarle la culpa a la autoridad, de corromper a la autoridad, de autoridades corruptas, de descentralizar, de subir las bardas, de cerrar las calles, de electrificar los muros, de colocar más cámaras de seguridad, de descosificar a la mujer y al sexo, de participar en políticas públicas, de control y regulación de programación de los medios de comunicación, de tolerancia cero a la droga y al alcohol, de guardias privados que sustituyen la obligación del Estado, de mucho tiempo en las redes sociales y el whatsapp y poco tiempo con los vecinos y la realidad, de propietarios de medios que aceptan cualquier cosa a cambio de dólares, de propietarios de bares, cantinas, chicherías y todo local de ricos y de pobres que admite menores de edad y consumo de bebidas alcohólicas, que ven y no denuncian ni a la policía ni a los padres, de personajes públicos que hacen apología del delito y al mismo tiempo piden que padres y maestros eduquen en valores, etc.? ¿Nos habremos dado cuenta que no se trata de todo eso por separado, sino que la suma de todo nos tiene enfermos de egoísmo y corruptos de colusión?Mi color político en estas elecciones nacionales es negro. Es una propuesta y la voy a llevar el día de las elecciones del 12 de octubre al aula de la escuela donde me toca votar. Tendré mi adhesivo, lo pegaré en mi papeleta y mi voto quedará anulado. Los jurados de mesa lo van a contabilizar. Tal vez así, si muchos proponemos que se pongan de acuerdo todas las candidaturas, las que ganen y las que pierdan, en un plan de medidas de seguridad pública… Y si no se ponen de acuerdo, nada: que no tengan nuestro voto pero que lo sepan. Es nuestro derecho elegir y nuestro deber votar… Tal vez así, empezaremos un cambio.Cada día hasta las elección, compartiré mi afiche, adhesivo o como quieran llamarle. Voy a imprimir 10.000 para empezar y el día de las elecciones voy a estar en la puerta de la escuela de mi barrio, repartiendo a los que les toque mi recinto electoral. A quien le parezca la idea, marche cuanto quiera pero eso ya no salva a nadie. El voto es la única arma de paz que nos queda.El voto es la única arma de paz que nos queda.