Carlos Federico Valverde BravoHace un tiempo, en esta misma columna, hablé sobre la pertinencia de lograr la obligatoriedad de los debates pre-electorales; sugerí incluso que esté en la Ley Electoral como una actividad del calendario. Hoy, aun cuando sigo pensando igual, me pregunto si dadas las cosas como están en la pre-elección vale la pena sentarse a mirar un debate en el que se debata la retahíla de eslóganes y críticas vacías y mutuas que han hecho todos los candidatos sin excepción. Es un hecho que la macroeconomía del país va más o menos bien, pero la economía de la gente no pasa por su mejor momento y, habida cuenta de que este país vive y asienta su ‘estabilidad’ en los recursos naturales, es sabido que un pequeño remezón de precios internacionales nos pondría a todos de cabeza. Ese tema no se lo oye en la campaña; me da la impresión de que nadie se atreve a hablar claro de economía y eso no es bueno para un ciudadano que debe saber lo que le puede esperar frente a una situación probable.El tema de los hidrocarburos se fue por elevación hasta que se diluyó y es imprescindible saber lo que va a pasar de acá a 12 años, si no se logra interesar a capitales frescos (entre $us 7 y 10.000 millones). ¿Podemos incluso nosotros estar en escasez? ¿Y la reconstrucción de la institucionalidad del Estado? Es un hecho que este país carece de ella; los poderes (ahora órganos) son frágiles. ¿Es bueno? ¿Malo? ¿Es cómodo seguir así? ¿Por qué no se tocó el tema en profundidad? Mutún, Rositas, la Bolivia exportadora de energía, ¿son eslóganes o quimeras en la boca del presidente? ¿No son seguridad jurídica y seguridad económica temas cuya importancia debió estar en la campaña como ejes de discusión transversal?Pienso que si estos temas se tocaban como cosas de todos los días en la campaña, seguramente serían temas de debate, pero “el que le pega a las mujeres”, “los funcionales”, “el que compra aviones”, “el que se estacionó en canal 7 para siempre”, “los que vendieron la patria y los que la usan como propia”, “los que se pasan de un partido a otro y son recibidos como héroes”, fueron los temas centrales de la peor campaña que recuerde, de manera tal que hoy, domingo, hay debate con una silla vacía. No me anoto entre los espectadores, ya vi mucho de eso.El Deber – Santa Cruz