Reasignando para su bancada los curules logrados en las urnas por el Partido Verde de Bolivia (PVB) y el Movimiento Sin Miedo (MSM), además de varias diputaciones inicialmente ganadas por Unidad Demócrata (UD), el partido de Evo Morales se alista a celebrar la reiteración de sus 2/3 en el Parlamento.Noticia funesta para la democracia boliviana, ya que de esta forma desaparece la posibilidad de un mínimo equilibrio o sistema de contrapesos, con lo que se allana el camino para que el populismo cocalero perpetúe y tal vez profundice su hegemonía institucional de tintes totalitarios.Por supuesto, la maniobra no habría sido posible sin el aval ni las argucias operativas de un Tribunal Supremo Electoral (TSE) entregado por completo a la obediencia oficialista, distorsionando los resultados para asegurarle al masismo su objetivo estratégico central.De esta forma, se gana “en mesa” lo que se perdió “en cancha”, con la contracción de la votación del MAS de 64 a 61% a nivel nacional, disminución registrada a pesar de la avalancha de recursos estatales desplegada en beneficio propio por el partido de gobierno…[email protected]