Puntualizó que si bien existe una calentamiento global a nivel mundial, aún no es tan fuerte como para sentir los impactos inmediatos y que esta problemática responde más a factores locales que tienen que ver con la destrucción del bosque urbano que permitía paliar el calor y mantener un ecosistema relativamente templado por la sombra que producía y por la tierra que lograba absorber en una buena parte ese calor.
“Nosotros hemos cambiado radicalmente uno de los factores del equilibrio térmico con el uso del hormigón, que es un material altamente absorbedor de calor porque recibe el impacto del sol; pasa que por inercia térmica ese calor lo devuelve al ambiente. Entonces las miles de calorías que absorbe el cemento de la calle y los edificios lo devuelve al ambiente funcionando como un calefón que hace que aumente varios grados de temperaturas todo el entorno donde se encuentre este hormigón”, dijo, a tiempo de señalar que las zonas de mucha edificación tienden a subir de dos a tres grados más su temperatura, que una que tiene casas con jardín y sin calles pavimentadas.
Prado explicó que en los próximos años el efecto la sensación térmica aumentará debido al incremento de la densidad de edificación que en las últimas normas urbanísticas aumenta el índice de aprovechamiento a 6, lo que quiere decir que ahora se puede construir más masas de hormigón hacia arriba en un mismo terreno.
“El edificio en altura lo que hace es absorber calor en sus cuatro caras y después devolverlo al ambiente, entonces estamos construyendo miles de cientos de calefones por todo lado. El otro elemento es el suelo y los árboles que filtran y controlan la temperatura y es lo que también andamos mal, porque cada vez desforestamos más el área urbana sacando árboles y poniendo palmeras que no tienen el mismo efecto en el ambiente, además se reduce la superficie de la grama”, concluyó.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Fuente: La Estrella del Oriente