Intelectuales críticos y claudicantes


censura mafaldaLa relación de los intelectuales con el poder político, sobre todo tratándose de uno de naturaleza autoritaria, ha sido siempre compleja y variable. Hay quienes, como el británico Eric Blair (alias George Orwell), se enfrentaron con coherencia e idéntico valor al fascismo y al estalinismo.Y hay, en el reverso de la medalla, demasiados intelectuales que claudicaron de su función crítica en razón de diversos privilegios y canonjías, erigiéndose no solo en propagandistas de nefastos regímenes sino también, en muchos casos, en comisarios ideológicos y en censores de sus colegas.A simple vista podría parecer que hablamos de realidades ya distantes en el tiempo, como las inquisiciones literarias de la Alemania nazi o de la Unión Soviética, pero la realidad es que esa vieja historia estaría repitiéndose una vez más, a escala, en la Bolivia de Evo Morales.Así lo indica la censura lamentable de la que fueron objeto dos jóvenes escritores cubanos en Santa Cruz, por el solo hecho de no ser afectos a la dictadura de su país y por pretender hablar sobre el tema, lo que según el escritor devenido en funcionario y censor Homero Carvalho “podía molestar a los asistentes”.Mencionábamos arriba a George Orwell y es bueno citarlo cuando decía que “Si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír”. Por lo tanto, alegar que una conferencia molestará a alguien por su tema y presionar para cancelarla es, viniendo de un representante estatal, un claro acto de censura.Es triste que las instructivas gubernamentales que buscan restringir la libre expresión tengan cómplices entre los intelectuales claudicantes, aquellos que, al decir bíblico del académico Marco Antonio del Río, “cambian su derecho de primogenitura por un miserable plato de lentejas”…[email protected] también:¿Qué pasó en el festival literario de Santa Cruz?Censura: Carvalho alega “movida del imperialismo” y le responden que es “poco original”