Voto oral y consenso, bases de elección por usos y costumbres


Comicios regionales en Bolivia: Etnias elegirán a representantes para asambleístas departamentales.

Por segunda vez, los pueblos indígenas de tierras altas y bajas apelarán a procedimientos propios para seleccionar a sus delegados subnacionales

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Página Siete / La Paz

El voto oral, el consenso, la aclamación y la «mayoría simple”, son las modalidades  mediante las cuales los pueblos indígenas  elegirán a sus representantes para asambleístas departamentales. Esto  de cara a las elecciones subnacionales de marzo de 2015.

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Los procedimientos y metodología ya fueron utilizados en los comicios regionales de 2010, en los cuales fueron elegidos los dirigentes de  diferentes etnias.

Dos investigaciones  sobre la llamada «democracia comunitaria” y la selección de representantes por usos y costumbres -realizadas luego de dichas elecciones departamentales- dan cuenta de que en tierras bajas y altas la decisión comunal, en todas las instancias, «está fortalecida”, y que cada etnia tiene sus formas de elección.

El antropólogo Álvaro Díez Astete, autor del Estudio sobre democracia comunitaria y elección por usos y costumbres en las tierras bajas de Bolivia, explica que la experiencia electoral de 2010 posibilitó la «expresión” de pueblos indígenas originarios en la democracia nacional. A su parecer, dos formas de elección se destacan entre las múltiples variables: la  asamblea general (Guaraní o Chiquitano) y la selección vía «consenso”.

«Los pueblos que tienen poblaciones minoritarias como todos los del Beni, que son 18 etnias, tienen formas propias de elección de sus autoridades. Algunos hacen votos secretos, hay otros que entran en un plano de hacer votos de carácter más amplio”, comenta.

Según la Ley Transitoria Electoral para las elecciones de 2015, los escaños indígenas a elegir serán 20; entre pueblos de tierras bajas (17) y de tierras altas (3). El único departamento al cual no se consignó ningún escaño originario es Potosí, debido a la mayoría quechua que prevalece en él.

Para el senador oficialista René Martínez el hecho de que exista una representación departamental de cada etnia minoritaria, a partir de la elección por usos y costumbres, obedece a una «validación de las decisiones comunales”.

Según la investigación citada, los pueblos de tierras bajas que optan por la elección por consenso son Araona, Tapiete, Weenhayek y Guaraní de Tarija; por voto secreto deciden los Mosetenes, Guarayos, Chiquitanos y los 18 pueblos del Beni; por voto verbal-nominal y mayoría simple se inclinan los Guaraní de Chuquisaca y Santa Cruz, los Yuqui, Yuracaré, Leco, Yuracaré-Mojeño, Yaminahua, Machineri, Cavineño, Ese Ejja y Tacana mientras que el único pueblo que apela  a la aclamación es el Ayoreo.

En tierras altas

A su vez, la ley transitoria dispone  que los pueblos afroboliviano y kallawaya -ambos del departamento de La Paz- tengan un escaño indígena, mientras que para el pueblo Chipaya-Muratos establece un asiento en la asamblea departamental de Oruro.

En el estudio denominado Pluriversidad – Colonialidad de los usos y costumbres de tierras altas, elaborado por el investigador Marcelo Fernández Osco, se muestra que el pueblo Kallawaya escoge a su representante a través del «voto oral”.

Por su parte, el pueblo afroboliviano -según el estudio- selecciona a su candidato por una asamblea general.

El director del Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (instancia que coordinó las investigaciones citadas), Juan Carlos Pinto, destaca el avance de los pueblos en cuanto al reconocimiento e «institucionalización” para participar de forma activa en las asambleas departamentales.

«Han logrado incluir que esa representación sea por usos y costumbres. Quizá a nivel departamental está más avanzada que a nivel nacional en este reconocimiento intercultural. En cada departamento la diversidad de los pueblos se ve representada porque tienen un espacio (el cual) han peleado”, afirma Pinto, quien asegura que se hará seguimiento de los tipos de elección de las diferentes etnias para las elecciones subnacionales.

Con esta visión coincide Díez,  al aseverar que el fin último de cualquier proceso en el cual intervengan los pueblos indígenas debe estar orientado hacia lograr «justicia social”.

Punto de vista

Carlos cordero. Analista político

Representa un enriquecimiento

La representación étnica es mucho ruido y pocas nueces porque a nivel nacional sólo representa el 4,21%. Esto es, de 130 diputados apenas siete son elegidos por procedimientos propios y a nivel nacional es un método combinado. Hay diputados indígenas que son elegidos con menos de 500 votos.

A nivel subnacional también la representación étnica es realmente minoritaria. En el caso de La Paz, por ejemplo, de 45 asambleístas apenas cinco se escogen por usos y costumbres. Curiosamente departamentos como Santa Cruz que tienen 18 representantes tienen cinco representaciones indígenas; tiene un menor número de asambleístas departamentales, tiene un mayor número, proporcionalmente hablando, de representación indígena. Pero la representación indígena en los nueve departamentos es mínima.

Habría que ampliar la representación étnica en las asambleas legislativas departamentales. El hecho de que los pueblos indígenas eligan a sus representantes significa un enriquecimiento a la democracia, ni duda cabe. La democracia boliviana amplía su horizonte y la hace más plural y participativa, creo que es una novedad.