¿Existe alguna manera de mantener la atención constante durante todo el día? ¿Es posible hacer todo lo que hay que hacer, y todavía tener energía después del trabajo? ¿Cómo mantener la calma bajo tantas demandas?
Después de 10 años de investigación y probando sus métodos en más de 6.000 clientes y alumnos de Harvard, Sharon Melnick, Ph.D., psicóloga laboral y autora del libro Success Under Stress, ofrece las siguientes estrategias para impedir que el trabajo te estrese y recobrar el control de tu vida.
1. Actúa en lugar de reaccionar
«Experimentamos estrés cuando sentimos que las situaciones están fuera de nuestro control», dice Melnick. Esto activa la hormona del estrés y, si esto sucede de forma crónica, desgasta nuestra confianza, concentración y bienestar.
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Según Melnick, debemos identificar qué aspectos de la situación podemos controlar y cuáles no. Por lo general, estás en control de tus acciones y respuestas, pero no en control de las fuerzas macro o el tono de otra persona, por ejemplo. «Sé impecable con tu 50%», aconseja, y trata de dejar de lado el resto.
2. Toma una respiración profunda
Si te sientes abrumada o estás saliendo de una reunión tensa y necesitas aclarar tu cabeza, unos pocos minutos de respiración profunda te ayudarán a restablecer el equilibrio, dice Melnick.
Basta inhalar durante cinco segundos, contener, y exhalar a igual ritmo a través de la nariz. «Es como obtener la calma y concentración de una clase de yoga de 90 minutos en tres minutos o menos, en tu escritorio», dice ella.
3. Elimina las interrupciones
«La mayoría de nosotros estamos bombardeados durante el día», dice Melnick. Los correos electrónicos, llamadas telefónicas, mensajes instantáneos y plazos urgentes conspiran para hacer que los trabajadores de hoy estén más distraídos que nunca. Y si bien puedes no tener control sobre los interruptores, puedes controlar tu respuesta.
Melnick aconseja responder en una de estas tres maneras ante las interrupciones: aceptar la interrupción, córtala, o diagnosticar su importancia y hacer un plan. Muchas interrupciones son recurrentes y se pueden anticipar. También puedes entrenar a los que te rodean para responder el correo electrónico durante ciertos momentos, o crear horas de oficina para hablar en persona, y cerrar la puerta cuando necesitas concentrarte.
4. Programa tu día para la energía y la concentración
La mayoría de nosotros vamos por el día utilizando un enfoque de «hacer, hacer, hacer», pensando que si trabajamos las 8 a 10 horas completas, vamos a hacer más cosas. En lugar de ello, lo cierto es que la productividad baja, los niveles de estrés suben, y tienes muy poca energía sobrante para tu familia, dice Melnick.
Ella aconseja programar descansos a lo largo del día para caminar, estirarte en tu escritorio o hacer ejercicios de respiración.
5. Come y duerme bien
«Comer mal hará hincapié en el sistema», dice Melnick, quien aconseja consumir una dieta baja en azúcar y alta en proteínas. «Y cuando no estás durmiendo bien, no estás consiguiendo los efectos rejuvenecedores.»
Si las preocupaciones de tu trabajo te impiden conciliar el sueño o te despiertan por la noche y no te puedes volver a dormir, Melnick sugiere un simple truco de respiración para dormirte rápidamente: cúbrete la fosa nasal derecha y respira por la izquierda durante tres a cinco minutos.
Fuente: www.imujer.com