Álvaro Vargas LlosaEl reciente pronóstico de la Cepal sobre el crecimiento de América Latina en 2015 me sirve para reflexionar sobre lo difícil que se ha vuelto anticiparse al futuro en estas tierras de videntes.Nunca organismo o economista alguno ha sido acusado de acertar en una proyección sobre el comportamiento de millones de productores y consumidores, pero en América Latina es más difícil que nunca. Echen un vistazo a las previsiones del FMI o el Banco Mundial y verán que en los últimos años América Latina ha sido inasible para los veedores del porvenir.Para no hablar de los Ministros de Economía. El anterior Ministro de Economía de Perú se pasó casi todo 2013 asegurando, sin asomo de humor, que la tasa de aquel año y del siguiente sería alrededor de 6%.Un simple ejemplo: el oro. La producción sumada de Perú, México, Brasil, Argentina y, en menor medida, Chile es comparable a la de China. Las mineras están muy afectadas por el precio del oro, que no compensa sus costos. Si Estados Unidos eleva las tasas de interés, lo probable es una nueva caída significativa del precio del oro por el consiguiente fortalecimiento del dólar y por tanto otro golpe para las economías de estos productores. Improbable, en ese caso, que América Latina crezca 2,2%, como piensa la Cepal.Si Estados Unidos no las eleva y se mantiene la tendencia a la recuperación en ese país, surgirá la inflación que tememos todos los que vemos con espanto que la Reserva Federal ha casi quintuplicado su balance creando dinero artificial, disparando el precio del oro. En ese caso, el pronóstico de 2,2% para América Latina y 1,8% para América del Sur será superado porque se disparará la inversión minera que hoy ha menguado tanto.No hay forma de saber ahora cuál de las dos cosas sucederá. Ni siquiera Janet Yellen lo sabe. En este momento el bono estadounidense a 10 años paga 2,2%, el francés 1%, el español 2%, síntomas de que el mundo cree que la deflación es dominante. Pero esto puede cambiar en un santiamén: la propia Yellen ha sugerido la posibilidad de elevar las tasas de interés en 2015 (temerosa de que la reanimación estadounidense dispare la inflación con todo ese dinero artificial acumulado).En ese caso el pronóstico para Centroamérica y el Caribe hispano (expansión de más de 4% por ciento) es demasiado optimista.Vuelvo a la idea original: lo más seguro es quién sabe.La Tercera – Chile