Desde hace varios meses se hablaba de conversaciones reservadas entre el gobierno de Barak Obama y la dictadura de los Castro para iniciar un proceso de normalización de relaciones, sobre la base de un repliegue de las fuerzas de ocupación cubanas de Venezuela.Ahora, el anuncio formal de una próxima reanudación de vínculos diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba se produce pocos días después de que la Cámara de Representantes norteamericana aprobara por unanimidad un contundente paquete de sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.¿Es casualidad que ambos acontecimientos se den casi simultáneamente?Parece más bien que Cuba ha calibrado lo insostenible de su financiamiento venezolano, sobre todo con la caída en picada de los precios internacionales de los hidrocarburos, lo que inviabiliza a la petro-chequera chavista.La alternativa para el castrismo es profundizar su rumbo por la “vía china”, impulsando reformas económicas tendientes al capitalismo (con fuertes deformaciones burocráticas) sin alterar demasiado el control totalitario del Partido Comunista sobre la vida política.El precio para el acercamiento podría ser, entonces, sacar las manos de Venezuela y dejar que la crisis terminal del chavismo se consume.De no ser así, ¿por qué Cuba no está gritando a voz en cuello que en solidaridad con la Venezuela sancionada no aceptará ningún “contubernio” con los yankis?El sueño secreto del comunismo cubano de comerciar con el imperio parece cada vez más cerca de concretarse…[email protected]