Hay corrimientos de tierra que sepultan localidades enteras. Esta clase de desastre natural no recibe tanta atención en los medios de comunicación como otros, pero es muy dañino y frecuente. ¿Qué los provoca y cómo pueden prevenirse?
Según el Portal Europeo del Suelo, el corrimiento de tierra se define como “el movimiento gravitacional ladera abajo de una masa de rocas, tierra o sedimentos”. Sus desencadenantes más frecuentes son las inestabilidades del talud o pendiente de una montaña, que se producen cuando una parte del terreno se desprende de la ladera. A medida que los materiales descienden, las fuerzas exteriores denominadas de cizalla o cortantes aumentan la presión del agua en el suelo arrastrado, y este pasa a formar una masa prácticamente líquida. Este proceso, conocido como licuefacción, suele ser el resultado de un aumento del volumen de agua proporcionado por abundantes precipitaciones o por acción de los terremotos.
Las consecuencias de este fenómeno natural son graves. El estudio Impacto social de los riesgos naturales en España entre 1990 y 2000 revela que las pérdidas económicas anuales causadas por deslizamientos ascendieron durante ese periodo a 42 millones de euros. Los corrimientos en nuestro país se concentran en los Pirineos y las cordilleras Cantábrica y Béticas, así como en los márgenes de algunos ríos. Entre 1995 y 2011, los deslizamientos se llevaron por delante las vidas de 36 españoles.
En este sentido, un reciente estudio de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, revela que las autoridades suelen quedarse cortas al contabilizar las muertes que causa el fenómeno. Los investigadores recopilaron los corrimientos y sus consecuencias entre 2004 y 2010 en las regiones más afectadas del planeta: China, el sur y centro de América y la India. Los 3.000 fallecimientos atribuidos a este motivo ascendieron a la friolera de ¡32.300!
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Fuente: www.muyinteresante.es